lunes, 26 de enero de 2015

¡Adiós 2014! y yo sigo corriendo

Parece que mi aventura de correr 100 km desde Madrid a Segovia en septiembre me dejó sin fuerzas, pues desde entonces no he vuelto a escribir nada sobre mis carreras. Pero eso no quiere decir que haya dejado de hacer kilómetros ni que no me haya colocado en la salida de varias carreras populares este otoño, aunque no haya dejado prueba escrita de las mismas.

Finalizado este año 2014 me propongo pagar esta deuda con todos los que me seguís en mi pequeña aventura corredora, todos se reduce a mi mujer y mi madre, pues ya hasta mi hijo se ha cansado de escuchar mis historias. Por lo tanto a continuación escribo el pequeño relato de mis últimas carreras del año para disfrute de mi pareja de incondicionales.

XXVII Cross de Cuerda Larga – Sierra de Guadarrama – 19 de Octubre


Una de las cinco carreras que componen la Copa de Hierro que se organiza en la sierra madrileña y una de las más antiguas. Transcurre por uno de los recorridos más conocidos y bonitos de nuestra sierra que une el Puerto de Morcuera con el Puerto de Navacerrada, por la cuerda de la sierra. Mientras corremos por la cuerda vamos dejando a un lado Madrid y al otro Segovia, con unas vistas espectaculares sobre la Pedriza con la capital al fondo si miramos a un costado y el pico de Peñalara si miramos en sentido opuesto. Todo un lujo.

En esta ocasión sólo he podido engañar a un acompañante y juntos nos presentamos en la meta instalada en el Puerto de Navacerrada antes de que amanezca para recoger los dorsales y subir al autobús que nos llevara hasta la salida en el puerto de Morcuera. Cuando llegamos todavía es de noche pero ya hay movimiento de corredores, resulta de lo más fantasmagórico.


La carrera comienza con una subida terrorífica al Najarra, este primer calentón ya coloca a cada uno en su sitio y nos deja preparaditos para lo que nos espera. A partir de ese momento la carrera será un sufrimiento para mi compi, los calambres y las duras subidas lo dejaran vacío. Aguanta los primeros kilómetros pero en plena subida a Cabeza de Hierro se queda bloqueado, procuro animarle y decido quedarme a su ritmo para acompañarle.

Mi buen estado de forma después de los 100 km y este ritmo suave, hace que no tenga que forzar y por primera vez en una carrera de montaña puedo disfrutar de los pasos estrechos y las duras subidas y bajadas. Pero sobretodo disfruto con los tramos de canchales saltando de roca en roca imitando a las cabras. Comparado con mi experiencia antes de verano en el Cross de los 3 Refugios en donde él que se bloqueó fui yo subiendo al Puerto de Navacerrada esta carrera resulta un lujo y como consecuencia me he enamorado de ella.


La mañana acompaña y el tiempo es espléndido y despejado lo que permite disfrutar del recorrido y las vistas. En el Puerto de Navacerrada me encuentro con uno de mis hermanos, mi cuñado no corredor y unos amigos que han subido de excursión a la Maliciosa, me adelanto para charlar con ellos mientras mi compi se recupera en el último avituallamiento. Como me ocurre siempre no pueden entender que me divierte de correr por la montaña, cuando ellos como buenos domingueros van tranquilamente, con su caldito, sus vituallas, incluida botella de vino y copas de cristal para brindar cuando alcancen la cima de la Maliciosa. Ni me molesto en intentar explicárselo pero no me cambio por ellos.

Recupero a mi acompañante y comenzamos la bajada hacia la meta, este año no es por la pista de esquí sino por el camino hormigonado y después por la Cuerda de las Cabrillas, este cambio en el recorrido clásico hace que el kilometraje aumenta un par de kilómetros superando el recorrido final los 20 km. Ya queda poco y mi compi va a llegar seguro, por lo que le abandono a su ritmo citándole en la meta. Me lanzo a una bajada rapidísima disfrutando a grandes zancadas por una senda cómoda y poco técnica, el único problema es el tráfico de gente andando, corriendo y en bicicleta, esto parece la Gran Vía en hora punta y es que Guadarrama siempre ha sido la sierra de salón de la capital.

Cruzo la meta con un tiempo y una posición más que discreta pero feliz. Una carrera perfecta aunque no opine lo mismo mi compi que llega unos minutos más tarde con un calentón importante.

XV Carrera Grutear - Alcalá de Henares –2 de Noviembre














Una de los 10.000 que componen el TOP 10 que me he propuesto correr alguna vez, además he descubierto una carrera perfecta que creo se va a convertir en una fija de mi calendario. Recorrido de dos vueltas por el centro de la ciudad de Alcalá, completamente llano lo que permite correr rápido pero con continuas curvas y recurvas y piso adoquinado en algunos tramos que hacen que tengas que estar atento y anima el recorrido. Además con una participación reducida pero de mucho nivel, casi todos gente de clubs de atletismo que corren rápido y hacen que la carrera transcurra sin tapones y cada uno al ritmo que elija desde el primer metro.

Me presento el domingo junto con mi hijo y mi cuñado, es mi primera carrera con mi enano desde la San Silvestre del año pasado y me hace especial ilusión, creo que al adolescente le da un poco igual pero le agradezco que se anime a correr un domingo con el pesado de su padre. Nos acompaña además una mañana espectacular de sol y una temperatura muy agradable. Recogida de dorsal en la Plaza de Cervantes donde será la salida y llegada con un ambientazo y como hemos llegado con tiempo aprovechamos para tomar un café antes de calentar poco y mal, viendo como entran los de la carrera de 5 km.


Dan la salida y mis acompañantes salen como balas mientras yo pierdo tiempo intentando arrancar el maldito GPS que todavía no ha encontrado los satélites. Cuando por fin consigo arrancar el reloj me lanzo como un loco en busca de mi pareja de acompañantes. Me cuesta casi más de 500 m y un buen calentón pasar a mi cuñado y alcanzar al enano que corre desaforado como si no hubiera mañana. Me pongo a su altura y consigo que frene algo, la carrera es larga y tiene que regular, pero mantenemos muy buen ritmo y todo está a favor para hacer una buena marca. Mientras tanto mi cuñado ha desistido de seguirnos y se coloca a su ritmo.

Superada la primera vuelta el enano empieza por fin a dar síntomas de cansancio y paso a ser yo el que marque el ritmo. En algún tramo se queda atrás y tengo que esperar para que me alcance, pero basta con picarle un poco, para que como buen adolescente entre al trapo y acelere otra vez para que su padre no le gane en la meta.

En la meta una estupenda marca de 47 minutos nos deja más que satisfechos y felices.

II Carrera un juguete una ilusión – Pozuelo de Alarcón -  16 Noviembre















Carrera de nueva invención, de hecho es su segunda edición, a la que nos apuntamos por discurrir muy cerca de las casas de varios de mis acompañantes habituales de las carreras. El circuito durillo, con mucha cuesta y repecho y poca muy poca animación. Pero la mañana soleada y la compañía ayudan a sobrellevar la dureza de los kilómetros.

Mucho modelito running en la salida, la mayoría corredores perfectamente uniformados con mallas, cortavientos y zapatillas haciendo juego, todo de marca e impecable. Esto de correr se ha convertido en una verdadera moda y las carreras populares el escaparate donde la gente se muestra.

Por segunda vez en un mes mi hijo vuelve a acompañarme, aunque después de Alcalá en esta ocasión viene con menos “ánimos”. Para la carrera nos hemos juntado un buen grupo de amigos y aunque nos cuesta reunirnos al final estamos todos y nos ponemos en la línea de salida, cuenta atrás y a correr.


Desde el primer momento el grupo se disuelve, cada uno corre a su ritmo, hay demasiada gente para correr cómodo. Me quedo el último con la intención de cerrar el grupo mientras los demás se adelantan y así hago los primeros kilómetros pero me aburro y tiro hacia delante. Alcanzo a mi hijo antes de atacar la primera gran rampa del recorrido, nos juntamos y hacemos a ritmo vivo la subida. Adelantamos y dejamos clavados a mis cuñados que todavía van por delante a mitad de cuesta. Luego en meta pondrán las típicas excusas de falta de entrenamiento, que si los Lopez somos pesos pluma y por eso corremos más rápido, pero les hemos dado una pasada en toda regla.

A partir de ese momento la carrera transcurre por un recorrido de chalets adosados y casas bajas de pisos bastante monótonos y animación nula, por lo que  procuro concentrarme en correr y me voy fijando en los demás corredores para entretenerme. Me sorprende un corredor que se para a andar y luego arranca a toda velocidad para adelantarnos como un tiro, lo hace varias veces antes de llegar a la última larga cuesta en donde por fin le dejamos atrás, rara forma de correr a lo mejor es una nueva técnica desarrollada por un nuevo guru del running moderno.

Estamos avisados de que los últimos kilómetros son en constante subida y llegamos con suficientes fuerzas. Pasamos por delante de casa de mi cuñado donde esperan mis sobrinos para animarnos, chocamos manos y nos informan de que no vamos los primeros, ya lo suponíamos pero todavía nos queda tiempo para atacar a los primeros.

Termina la subida, mi hijo ha flojeado algo pero aguanta bien el esfuerzo. Le propongo acelerar el ritmo en el último kilómetro aprovechando que es bajada para llegar en una marca por debajo de los 50 minutos. Se le ve vago pero el orgullo le puede y me sigue para no quedar por detrás de su anciano padre. Último kilómetro rapidísimo y es que tampoco hemos ido a tope, la carrera no acompañaba para mejorar nuestra marca de Alcalá, pero terminamos en un respetable tiempo por debajo de los 49 minutos.

XXXIV Trofeo Akiles – Casa de Campo –14 Diciembre


















Un recorrido por dentro de la Casa de Campo, que parte del lago para subir al Cerro de Garabitas punto más alto del parque y volver al lago para rodearlo antes de cruzar la meta, siempre por carreteras asfaltadas. Autentica clásica madrileña con poco apoyo de las marcas pero gran respaldo de los corredores. En mi caso es una carrera que ya conozco de ediciones anteriores y que siempre que puedo repito y recomiendo.

En esta edición amanece una mañana de perros con una lluvia continua, parece que después de un otoño especialmente cálido por fin llega el invierno. Pero eso no me va a impedir disfrutar bajo la lluvia de un recorrido por dentro de la Casa de Campo que me encanta y me levanto de la cama venciendo la pereza. Como suele ocurrir cada vez que llueve, de los siete que estábamos inicialmente apuntados solo aparecemos los tres tenores.

Mi intención en esta ocasión es correr junto a mi compi para que no pueda relajarse. Una vez que se da la salida mi cuñado arranca fuerte y yo voy marcando un ritmo alegre a mi compi en la subida a Garabitas. Sufre pero aguanta hasta la última rampa donde nos encontramos con su hermano que sube andando y ve el cielo abierto. Como va a dejar a su hermano en tan malas condiciones tiene que bajar el ritmo y acompañarle. Admito mi derrota una vez más y le abandono con su ritmo cansino, lanzándome en una bajada rápida en busca de mi cuñado.


En este tramo de la carrera es donde siempre se disfruta más, en este caso al terreno muy favorable en bajada se junta el poco desgaste que he tenido en la subida. Puedo acelerar el ritmo y correr muy “rápido” a pesar de la lluvia continua que nos va empapando y que hace que el suelo este resbaladizo.

Finalizada la bajada de Garabitas alcanzo a mi cuñado y juntos tomamos el camino que bordea el lago de la casa de campo y la larga Avenida de los Plátanos. Este tramo se nos hace muy pesado, es una leve subida que no termina nunca, por fin giramos a izquierdas y sólo queda una bajada de casi un kilómetro hasta la meta, en donde recuperamos algo de tiempo, pero no conseguimos romper la barrera de los 50 minutos.

Cruzada la meta retrocedo el camino buscando a mi compi que llega sobrado acompañando a su hermano, me uno a ellos y hacemos el último kilómetro juntos. A falta de  200 metros para la meta se permite el lujo de esprintar para entrar unos metros por delante de su hermano. Y es que correr a un ritmo por debajo del tuyo habitual se nota, te permite ciertos lujos y hasta la carrera parece más bonita.

Terminada la carrera a casa deprisa porque empapados nos estamos quedando helados. Pero me alegro de haber vencido la pereza inicial y a pesar de las condiciones adversas ha sido una mañana de carrera para recordar y una buena ocasión para humillar a los gallinas que se quedaron bajo las sabanas protegidos de la lluvia, excusándose en lesiones ficticias y problemas de agenda o trabajo.

XI Carrera de Navidad – Cercedilla – 21 Diciembre
















Repito esta carrera de montaña tan atípica, tanto por el recorrido por anchas sendas como sobre todo por la gran cantidad de participantes. Es una auténtica fiesta en donde hay que olvidarse de las prisas y disfrutar del ambientazo, sólo hay que tener cuidado en algunos tramos de bajada “arriesgados”. El perfil del recorrido sencillo en subida la primera mitad del recorrido para bajar lo subido en la segunda parte, no es demasiado exigente y permite correr a ritmo vivo.

Por segunda vez en el último mes repetimos los tres de siempre en la salida de la carrera. Pero en esta ocasión excepto en los primeros kilómetros donde iremos juntos, cada uno va a correr a su ritmo y hacer la carrera como quiere o mejor como “puede”.


Durante el otoño he ido perdiendo mi forma y no he corrido prácticamente por montaña por lo que mi objetivo en la carrera se reduce a llegar a meta dignamente y si puede ser sin haber andado demasiado. Al menos el primer objetivo lo cumplo y cruzo la meta en perfecto estado, aunque no pueda cumplir el segundo, el exceso de gente en algunos tramos y sobretodo una rampa traicionera a mitad de subida me obligan a andar un metros.

Por lo demás mañana espectacular de sol para correr por la montaña y disfrute total en algunos tramos, aunque en las bajadas debo tener cuidado para no caer. Varios accidentados en el camino nos recuerda que debemos tener cuidado y que no merece la pena dejarse los dientes o un tobillo para ganar unos segundo y quedar el puesto 198 en lugar del 200.

Para mi cuñado ha sido su bautizo en una carrera de montaña y además de defenderse estupendamente creo que ha disfrutado por lo que ya me he hecho con un nuevo acompañante para mis locuras montañeras. En cuanto a mi compi ha vuelto a correr a su ritmo confortable sin forzar, pero sigue siendo un fijo en las carreras, de hecho ya estamos apuntados a dos medias para el año que viene y quizás el 2016 sea el año en que nos pongamos juntos en la salida del Maratón de Madrid.

XXVI San Silvestre Puente Sarda – Sabiñánigo – 31 de Diciembre


El fin de año en mi caso es para pasarlo en Jaca esquiando con la familia y desde el año pasado para correr la noche del 31 en Sabiñánigo. Y así es como término este año 2014, con toda la familia corriendo disfrazada y sin prisa, y dar la bienvenida al 2015. Esta San Silvestre es pequeña en número de participantes y distancia y sobretodo muy de barrio, pero tantas ediciones demuestran que las cosas bien hechas se mantienen. Hay carreras para los pequeños y para los mayores cinco vueltas a una manzana de 800 m para completar 4 km de auténtica fiesta. Muchos corredores disfrazados y algún profesional que viene a correr.

Aunque a última hora mi hermana mayor, su hija y mi hijo se tiene que dar de baja por problemas en el esquí, el grupo de canijos disfrazados es digno de mención. Disponemos de una granja completa con una oveja, una vaca y un búho, una pirata y un hada madrina completan el grupo. Los mayores al final no nos hemos animado a disfrazarnos, pero al menos nos ponemos un gorrito rojo de Papa Noel para no desentonar.


Este año llegamos con la hora pegada y sin poder recoger los dorsales los enanos se ponen en la línea de salida justo antes de que comience la carrera. Los tres mayores salen como locos pero a los dos pequeños les hacemos comenzar tranquilos, después de la experiencia del año pasado el objetivo este año es completar la vuelta a la manzana sin pararse.

Mi canija va feliz y no para de darme conversación mientras corremos juntos, sólo se calla cuando se queda sin aire en las cuestas, pero en cuanto se recupera vuelve a hablar y es que no puede estar ni un segundo callada, me sorprende que después de todo el día esquiando todavía le queden fuerzas. Ya en los últimos metros intentamos alcanzar a su primo que va un poco por delante corriendo con mi hermana. Y al grito de “A por la oveja” aceleramos un poco la marcha, pero el enano no se deja adelantar fácilmente y cruza la meta por delante de nosotros, el año que viene entrenaremos para poder ganarle. La mayor alegría para los canijos es que este año hay medallas para todos los participantes.

A continuación le toca correr a mi sobrino mayor, ya son tres vueltas a la manzana y tiene competidores duros, pero sale dispuesto a dar batalla. La primera vuelta corren en grupo, pero ya en la segunda se destacan cuatro corredores en donde está mi sobrino. En la última vuelta ya se han destacados un chico y una chica que son campeones de Aragón, pero mi sobrino aguanta en una meritoria tercera plaza con su perseguidor a varios metros. Es un orgullo para la familia que alguno pueda subir al pódium, pero los últimos metros se le hacen muy largos y su perseguidor le adelanta dejándole clavado, al final cuarta posición y medalla de chocolate.


En la carrera de mayores mi cuñado y yo nos lo tomamos con calma ya conocemos el recorrido del año pasado y tiene un par de rampas que hay que vigilar si no quieres llegar desfondado. Pero cuando al comienzo de la segunda vuelta nos pasan los primeros de la carrera está claro que nos lo hemos tomado con demasiada calma, hasta nos pasa un corredor disfrazado de vikingo. Humillados por ser doblados tan pronto nos lo tomamos un poco más serio pero eso no impide que los primeros nos vuelvan a doblar en la cuarta vuelta.

A pesar de la doble humillación disfruto mucho de estos pocos kilómetros de carrera animado por los enanos y rodeado de gente que despida el año disfrazado. A destacar el grupo formado por Santa Claus con su trineo, dos renas y varios paquetes andantes, aunque descarrile en una curva y las renas continúen dejando al pobre gordito corriendo con el trineo al hombro.  Y también nos acompaña una Caperucita Roja, aunque no está muy dispuesta a correr a pesar de que el lobo feroz la persiga y nada más darse la salida se retira a los pocos metros dejando al lobo compuesto y sin novia.

Terminada las carreras de vuelta a casa para celebrar el fin de año por todo lo alto con una cena de postín. Este año la mayoría de la familia aguanta hasta las campanadas y entramos con buen pie en el año nuevo.

Espero que mis “seguidoras” hayan disfrutado de mis andanzas de corredor y que me sigan apoyando en mis pequeñas y grandes locuras y es que ya tengo muchos planes para el año que comienza.