El Medio Maratón de la capital portuguesa tiene mucha fama
entre los corredores españoles y debo reconocer que es muy merecida, sobretodo
por los primeros kilómetros del recorrido que cruza por encima del Tajo sobre
el Puente del 25 de Abril.
La carrera esta claramente dividida en dos partes muy
distintas. La primera transcurre sobre el puente, con unas vistas
espectaculares sobre Lisboa y todo la desembocadura del río a lo que se suma la
posibilidad de corre por una obra tan emblemática y normalmente cerrada a los
corredores. Este entorno tan especial convierte a estos kilómetros en un lujo
para los corredores.
Pero la segunda parte de la carrera tiene muy poco encanto y
se hace bastante pesada. Se corre encajonado entre las vías del tren y las
primera línea de casas de la ciudad, alejado de la ribera del rió y el paseo
marítimo. Además el recorrido es de ida y vuelta por la misma avenida y nos
vamos acercando a la meta para volver a alejarnos otra vez y siempre la tenemos
cerca y lejos al mismo tiempo.
Pero la meta situada frente al Monasterio de los Jerónimos
vuelve a ser un lujo con unos metros finales con la portada del monasterio al
fondo que compensan los aburridos últimos kilómetros.
Al mismo tiempo que la media maratón se realizar una “carrera”
de 10 km no competitiva, realmente es una caminata para aquellos que quieren
disfrutar de cruzar por el puente pero no son corredores. La mayoría de los
participantes son familias completas, andarines y mucho turista. Teóricamente
salen después de que los corredores hayan cruzado los primeros kilómetros del
puente, pero viendo la cantidad de ellos que nos cruzamos en la salida o se
colaron en nuestra salida o simplemente se apuntaron a la Media para poder
cruzar el puente y luego terminar con los que vienen detrás.
La Organización con cosas buenas y malas. La logística para
llegar hasta la salida perfecta, el transporte publico es gratuito esta mañana para
los corredores y esta bien indicado aunque no hace falta ya que basta con
seguir a la marea de corredores, eso si hay que tener en cuenta que somos
muchos los que queremos cruzar el río en el tren y no debemos apurar con la hora si no queremos
tener que correr para llegar a la salida. Pero para mi el gran fallo de la
Organización es que no haya guardarropas en la salida, en esta ocasión la
temperatura permitía ir en camiseta pero si llueve o hace frío como el año
anterior, tendríamos que cargar toda la carrera con el chubasquero. En la meta
un poco de lío ya que la llegada de la mayoría de los corredores coincide con la
llegada de los andarines y aunque las líneas de meta no coinciden, la zona
posterior a la meta es común y resulta pequeña.
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Cuenta atrás y salida, todavía cuesta un poco que arranquen los
corredores que tenemos delante, pero poco a poco nos ponemos en movimiento.
Cruzamos la línea de salida y ya estamos corriendo sobre el Puente del 25 de
Abril, es el tramo más espectacular de esta carrera y hay que disfrutarlo.
Los corredores tomamos al asalto los dos sentidos de
circulación del puente ocupando todos los carriles y disfrutando de este
momento y de correr por un lugar prohibido habitualmente para el corredor. No
es un momento para preocuparse por correr sino para disfrutar, la gente se para
a hacer fotos, van andando y comentado el espectáculo, en estos primeros
momentos lo menos importante es la carrera.
Me dejo llevar por el ambiente y aprovecho para hacer fotos al puente, a mi
cuñado y para que él me haga alguna foto a mí. Como no se si saldrán bien y
quiero tener un recuerdo del momento, hago
un montón para asegurarme que se nos vea en alguna. Las hago mientras corro o
me adelanto y me paro para poder ver lo que fotografió, algunas en el sentido
de la marcha y otras marcha atrás.
El puente es una maravilla de la ingeniería, el más largo de
estructura colgante de toda Europa con más de 2 kilómetros de longitud. Construido
en los años 60 esta compuesto por una estructura de acero que se cuelga 70
metros sobre el río, mediante cables unidos a los pilares de apoyo, cuyas bases
de hormigón se sumergen hasta 80 m por debajo del nivel del agua y se apoyan sobre
el lecho del río. Los mástiles de apoyo forman 14 vanos que se separan desde
500 m en los extremos hasta los 1000 m del central que es el que marca la
longitud real del puente.
Recuerda a los famosos puentes americanos de Nueva York por
donde se corre el maratón. El color rojo de toda la estructura todavía lo hace
mas llamativo, es una autentica pasada.
Vamos dejando atrás la orilla sur del Tajo mientras nos
despide el gran Cristo Rey desde lo alto de la montaña y nos dirigimos hacia
Lisboa corriendo por encima del río Tajo que en su desembocadura tiene una
anchura brutal. Al fondo nos espera Lisboa, desde este enclave privilegiado
vemos prácticamente toda la ciudad, el barrio bajo y el alto, el castillo en la
parte mas elevada, las casas mas antiguas pegadas a la orilla del río y los
edificios mas altos y modernos que se extienden al fondo.
Mientras hago fotos casi me llevo por delante a una chica que
iba delante mío, le pido perdón pero no se lo toma muy bien, su pareja la
tranquiliza y la anime a que disfrute. El incidente me hace darme cuenta que ya
es hora de disfrutar de poder correr sobre el puente y dejar de hacer de
turista. Guardo la cámara y me pongo a correr el kilómetro largo que me queda
de puente, es una mañana esplendida de sol y la vista a ambos lados es un
espectáculo. Veo pasar por debajo del puente los buques que entran o salen
hacia el Atlántico.
Uno de los carriles de la calzada es una rejilla y acabo
corriendo por encima de ella, es mas incomodo pero por eso hay menos corredores
y puedo ir mas tranquilo. Por debajo de la rejilla se puede ver la vía del tren que nos
ha traído a la salida y mucho mas abajo el río.
Solo puedo decir que disfruto muchísimo mientras corro,
disfruto de unas vistas tan especiales, del lujo de poder participar en una
carrera tan distinta de las habituales, de estar haciendo algo que podré
recordar y contar, de presumir que yo tome al asalto el Puente de Lisboa. Por
este tipo de momentos es por lo que correr me sigue divirtiendo, por lo que sigo entrenando y sufriendo, es lo
que me compensa de los todos los esfuerzos.
Con estos pensamientos llegamos al punto más alto del puente
y empezamos a descender en dirección a Lisboa. Miro el reloj y los primeros kilómetros
han pasado volando, el ritmo es un poco rápido y deberíamos ir más despacio,
pero mi cuñado va lanzado. Le dejo que se adelante unos metros avisándole que
la distancia es muy larga y que las altas temperaturas van a endurecer la
carrera. Pero la bajada y el puente anima a dejarse llevar y eso hacemos ya
llegara el momento de apretar los dientes.
Se acabo el puente volvemos a pisar tierra firme, salimos de
la autovía por la primera salida dirección a Lisboa. Se acabo el espectáculo y
comienza la carrera.
Este es el principio de la historia de mi Media Maratón de
Lisboa, pero realmente la carrera como siempre, empezó un par de meses antes
cuando una tarde con poco trabajo en la oficina, se me hace la luz y toda
encaja. Mis cuñados esta viviendo en Lisboa, mi mujer quiere ir a visitarlos,
la fiesta de San Jose en Madrid la han trasladado al lunes y ese domingo se realiza
la Media Maratón lisboeta. Todo se ha alineado y no puedo oponerme, entro en la
web de la carrera y me inscribo, ya esta hecho, ya estoy apuntado a mi primera
carrera internacional, ya tengo mi nuevo reto. No me olvido de escribir a mi
cuñado para engañarle y que se apunte conmigo, no opone mucha resistencia, ya
tengo compañía, el alojamiento y el traslado es lo más sencillo.
Dos meses después cruzo el puente del 25 de Abril en coche
camino de Cacavelos donde viven mis cuñados. Se que dentro de dos días yo recorreré
este mismo camino pero corriendo y debo reconocer que noto los nervios y las
ganas de disfrutarlo.
La mañana del sábado la utilizo para ir a recoger el dorsal que
resulta un caos total. La feria del corredor se realizar en un pabellón de la
Expo y el atasco que hay en la zona es brutal. Se ha juntado la feria con que están
grabando el master chef junior portugués y que hay un espectáculo de Frozen en
uno de los pabellones cercanos. Llegar y soltar el coche es un infierno y una
vez en la feria del corredor resulta que hay que tener el papel de registro
para recoger el dorsal pues pasan el código de barras que incluye para identificarnos.
Yo he sido previsor y lo llevo en la cartera pero mi cuñado viene algo
despistado, tenemos que hacer cola para solucionar el incidente pero al final
ya tenemos nuestros dorsales y la mochila del corredor con una camiseta muy
“llamativa” pero no se si decir que “bonita”.
Aunque tarde conseguimos reunirnos con el resto de la
familia en un restaurante céntrico de Lisboa para comer estupendamente.
Disfruto del típico bacalao preparado de cuatro forma distinta a cual más
bueno. La tarde la aprovechamos para dar una vuelta por las calles peatonales
del centro de la ciudad hasta la Plaza del Comercio. Esta animadísimo, con muchos
españoles y grupos de músicos y bailarines ambulantes que animan el paseo. Una
tarde de sol esplendida que todavía hace más bonita la ciudad y es que debo
reconocer que Lisboa me gusta mucho, es una ciudad con un encanto especial y un
ritmo de vida muy tranquilo que ayuda a disfrutar mucho mas de la cosas.
Volvemos hacia Cacavelos después de parar en el Mirador de San
Pedro de Alcántara en el barrio alto para disfrutar de unas vistas estupendas
sobre toda Lisboa y con el Castillo de San Jorge al fondo. Gracias que la
carrera transcurre pegada al río y no por el centro de Lisboa así nos ahorramos
las cuestas infernales que comunican los barrios lisboetas.
Cena en la playa de Cacavelos y a la cama para descansar
pensando en la carrera del día siguiente. Aunque la salida es a las 10:30 y no
hay que madrugar demasiado pero tenemos que llegar al otro lado del río y el único
modo es en el tren que pasa por debajo del puente por donde cruzaremos corriendo
después.
Desayuno completito en el buffet del hotel y ya vestido de
corredor con camiseta de manga corta porque la mañana se presenta calurosa, me
recoge mi cuñado y nos vamos hasta el Monasterio de los Jerónimos donde es el final de la Media y donde
vamos a aparcar el coche.
Cuando llegamos ya esta muy animado, coincidimos con los
coches de la Organización cuando se van hacia la salida y vemos como están terminando
de montar la meta que esperamos cruzar dentro de unas horas. No sabemos como
llegar hasta el tren pero en seguida nos damos cuenta que es muy sencillo solo
tenemos que seguir la riada de corredores. Primero nos subimos en un autobús,
como sardinas en lata, que nos deja en la estación de trenes donde tomamos el
tren que nos lleva al otro lado del Tajo.
En el tren por fin nos podemos sentar tranquilamente y
disfrutar del recorrido sobre el río con la vista de Lisboa a un lado y al otro la desembocadura del Tajo.
Hay un gran tráfico de buques de carga que entran y salen del Puerto de Lisboa,
es un espectáculo cruzar colgados por debajo de puente y muy por encima del río.
Nos bajamos en la estación al otro lado del Tajo y sólo
tenemos que volver a seguir a la masa para encontrar el camino hacia la salida,
aunque en esta ocasión el camino ya esta perfectamente señalizado. Nos recibe
una banda de música y un par de zancudos disfrazados, la verdad es que esta muy
animado. Hay muchos corredores pero también un montón de andarines que van a
hacer la prueba de 10 Km, todos dispuestos a disfrutar de cruzar el río por
encima del Puente 25 de Abril.
El paseo de un par de kilómetros nos lleva hasta la
autopista y el peaje que da acceso al puente. La carretera esta ya cortada y la
zona entre el peaje y el puente se ha habilitado para los corredores. Todavía
queda un buen rato para la salida y aprovechamos para hacernos unas fotos y
disfrutar del ambiente con el puente al fondo y el gran Cristo vigilándonos
desde las alturas.
Ya hace calor parece que la temperatura va a ser un
inconveniente sobre todo por que venimos del invierno y el cuerpo no está
acostumbrado a las altas temperatruas, tendremos que refrescarnos bien y beber
a menudo.
A las 10:00 empezamos a calentar un poco pero sin mucha
intensidad, no pensamos en hacer marca por lo tanto tendremos tiempo en los
primeros kilómetros de entrar en calor.
Se acerca la hora de empezar a correr y nos ponemos en la línea
de salida, a nuestro lado un pelotón del ejército y muchísimos españoles y
extranjeros, aunque también demasiados andarines para ser la prueba de medio
maratón, supongo que se juntaran con los de la otra prueba que sale media hora
mas tarde.
Se da la salida y ya sabéis como continua la historia….
Pero todavía tengo que contaros la segunda parte de la
carrera. La salida de la autopista significa el comienzo real de la carrera, hasta
ese momento ha sido un verdadero espectáculo y ahora nos toca correr. Nos
dirigimos en dirección a Lisboa en paralelo al río pero no llegamos hasta la
Plaza del Comercio, unos 500 m antes de llegar el circuito da un giro de 180º y
volvemos en paralelo por donde habíamos venido alejándonos del centro de
Lisboa.
Yo creía que íbamos a corre pegados al río pero el circuito
va por la avenida que va entre las casas y el tren lo que desmerece las vistas
y vamos un poco encajonados. El recorrido es una recta eterna de casi 5 km.
primero se corre en una dirección, para dar la vuelta y volver otro 3 km y
acabar en el Monasterio de los Jerónimos.
Pasado el kilómetro 12 mi cuñado empieza a notar el calor y
los excesos del puente y tiene que bajar el ritmo, me pongo a su lado para
hacerle de liebre e intento animarle pero las piernas le pesan mucho. Aguanta
hasta el kilómetro 13 pero no hay ninguna duda de que le estoy forzando
demasiado y que queda mucho de carrera, si no regula y va mas tranquilo no creo
que pueda llegar. Decido dejarle y que coja su ritmo, creo que le estoy
haciendo más mal que bien.
Me despido citándole en la meta y tiro hacia delante, empiezo
a pasar a muchos corredores. En cada avituallamiento cojo agua, me bebo la
mitad y el resto me lo hecho por encima de la cabeza y es que el calor empieza
a ser peligroso. Pasamos por delante de la meta en los Jerónimos, ya están
llegando muchos corredores pero a nosotros todavía nos quedan unos 6 kilómetros.
Dejamos la Torre de Belén a nuestra izquierda pero se ve muy
lejos, es una verdadera pena que no pase la carrera más cerca. Intento concentrarme
en la carrera y es que se me esta empezando a hacer un poco pesada, el
recorrido no es muy atrayente, el calor es sofocante y cruzarse con los
corredores que ya vuelve en
dirección a la llegada no es que anime
demasiado.
Se que debo recorrer unos 3 kilómetros antes de dar la
vuelta y enfilar la última recta y en vez de animarme, me vengo un poco abajo.
Se me hacen eternos los kilómetros y al final hasta los metros, por fin veo el
giro y las piernas se animan algo. Doy la vuelta y procuro concentrarme en algo
que me entretenga y no me haga pensar en lo que me queda. Voy atento para ver a
mi cuñado y animarlo, pasan muchos corredores antes de que me cruce con él que
viene sufriendo tanto como yo, me pregunta cuanto queda para dar la vuelta y le
miento un poco diciendo que quedan unos metros cuando es casi un kilómetro.
Por fin entro en los últimos 2 kilómetros y alcanzo al
avituallamiento de agua y comida, creo que deberían haberlo puesto unos kilómetros
antes. Intento recuperar tomándome el plátano pero la verdad es que no soy
capaz de tragarlo y prefiero agotar el agua. He conseguido mantener un ritmo
bastante alegre pero mentalmente estoy sufriendo más de lo esperado.
Por fin veo el arco de meta y eso me anima un poco, la
llegada es bastante espectacular con el Monasterio al fondo aunque yo realmente
lo que quiero es parar de correr de una vez. Cruzo la meta en 1 hora y 50
minutos, una marca aceptable para mi estado de forma aunque no he disfrutado en
los últimos kilómetros. Pero tiro del recuerdo de los primeros kilómetros por
el puente y me devuelve el subidón para quedarme con un maravilloso sabor de
boca de la carrera.
Me entregan un medallón muy bonito con el puente y las casas
de Lisboa, un gran recuerdo. Voy saliendo de la meta pero me quedo en la zona
vallada para esperar a mi cuñado. Todavía pasan unos cuantos minutos antes de
que llegue, viene bastante cansado pero muy satisfecho de la carrera, lo
importante era acabar aunque su idea era hacerlo por debajo de las 2 horas y no
ha podido ser.
Nos cuesta un poco salir de la zona de corredores que esta a reventar
de gente muy animada, hecho de menos una botella de bebida isotónica pero me
conformo con un helado de palo que me permite recuperarme un poco. De camino
hacia el coche terminamos la carrera con una foto en la puerta del monasterio
luciendo nuestras flamantes medallas. Una mañana maravillosa de carrera y un
recuerdo inigualable el cruzar el puente por encima del Tajo.
De mi primera carrera internacional solo puedo decir que ha
sido una experiencia muy satisfactoria y una carrera altamente recomendable por
la ciudad de Lisboa, el trayecto por el Puente del 25 de Abril y los
voluntarios que no paran de animar durante todo el recorrido. Volveré siempre
que pueda para disfrutar y espero que en próximas ediciones haga menos calor y yo
este en mejor forma para no sufrir tanto los últimos kilómetros.
Con el subidón de la carrera me animo a idear nuevos
objetivos y el maratón siempre es la estrella. Completados prácticamente los
grandes maratones nacionales, excepto Barcelona que me queda pendiente y
Vitoria al que estoy apuntado para el mes de Mayo, mi reto es animarme a las
pruebas internacionales una vez que ya he cruzado por primera vez la frontera
para correr.
Los europeos son los más fáciles para comenzar, sin duda los
dos majors Berlín y Londres, pero Atenas por su carácter histórico, Roma y
Paris por su belleza y volver a Lisboa para correr su maratón costero no pueden
faltar en la lista.
Cruzar el charco para correr en Nueva York es
imprescindible, pero no animarse con los maratones de Boston y Chicago sería
imperdonable.
Entonces para
completar los seis World Maratón Majors tendré que llegar hasta Tokio y ya
puestos lo ideal seria poder decir que he corrido un maratón en cada
continente, por lo tanto incluiré el maratón de Sydney y el de Marrakech en
África. Correr por todo el mundo y no hacerlo América del Sur sería una pena
por lo tanto también apuntare Río de Janeiro o Buenos Aires o mejor los dos.
Total mi lista de deseos incluye 14 maratones, creo que me
he venido muy arriba pero soñar es gratis.