miércoles, 17 de mayo de 2017

Corriendo en el Puente del 25 de Abril

El Medio Maratón de la capital portuguesa tiene mucha fama entre los corredores españoles y debo reconocer que es muy merecida, sobretodo por los primeros kilómetros del recorrido que cruza por encima del Tajo sobre el Puente del 25 de Abril.

La carrera esta claramente dividida en dos partes muy distintas. La primera transcurre sobre el puente, con unas vistas espectaculares sobre Lisboa y todo la desembocadura del río a lo que se suma la posibilidad de corre por una obra tan emblemática y normalmente cerrada a los corredores. Este entorno tan especial convierte a estos kilómetros en un lujo para los corredores.

Pero la segunda parte de la carrera tiene muy poco encanto y se hace bastante pesada. Se corre encajonado entre las vías del tren y las primera línea de casas de la ciudad, alejado de la ribera del rió y el paseo marítimo. Además el recorrido es de ida y vuelta por la misma avenida y nos vamos acercando a la meta para volver a alejarnos otra vez y siempre la tenemos cerca y lejos al mismo tiempo.

Pero la meta situada frente al Monasterio de los Jerónimos vuelve a ser un lujo con unos metros finales con la portada del monasterio al fondo que compensan los aburridos últimos kilómetros.

Al mismo tiempo que la media maratón se realizar una “carrera” de 10 km no competitiva, realmente es una caminata para aquellos que quieren disfrutar de cruzar por el puente pero no son corredores. La mayoría de los participantes son familias completas, andarines y mucho turista. Teóricamente salen después de que los corredores hayan cruzado los primeros kilómetros del puente, pero viendo la cantidad de ellos que nos cruzamos en la salida o se colaron en nuestra salida o simplemente se apuntaron a la Media para poder cruzar el puente y luego terminar con los que vienen detrás.

La Organización con cosas buenas y malas. La logística para llegar hasta la salida perfecta, el transporte publico es gratuito esta mañana para los corredores y esta bien indicado aunque no hace falta ya que basta con seguir a la marea de corredores, eso si hay que tener en cuenta que somos muchos los que queremos cruzar el río en el tren y  no debemos apurar con la hora si no queremos tener que correr para llegar a la salida. Pero para mi el gran fallo de la Organización es que no haya guardarropas en la salida, en esta ocasión la temperatura permitía ir en camiseta pero si llueve o hace frío como el año anterior, tendríamos que cargar toda la carrera con el chubasquero. En la meta un poco de lío ya que la llegada de la mayoría de los corredores coincide con la llegada de los andarines y aunque las líneas de meta no coinciden, la zona posterior a la meta es común y resulta pequeña.

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Cuenta atrás y salida, todavía cuesta un poco que arranquen los corredores que tenemos delante, pero poco a poco nos ponemos en movimiento. Cruzamos la línea de salida y ya estamos corriendo sobre el Puente del 25 de Abril, es el tramo más espectacular de esta carrera y hay que disfrutarlo.

Los corredores tomamos al asalto los dos sentidos de circulación del puente ocupando todos los carriles y disfrutando de este momento y de correr por un lugar prohibido habitualmente para el corredor. No es un momento para preocuparse por correr sino para disfrutar, la gente se para a hacer fotos, van andando y comentado el espectáculo, en estos primeros momentos lo menos importante es la carrera.

Me dejo llevar por el ambiente y  aprovecho para hacer fotos al puente, a mi cuñado y para que él me haga alguna foto a mí. Como no se si saldrán bien y quiero tener un  recuerdo del momento, hago un montón para asegurarme que se nos vea en alguna. Las hago mientras corro o me adelanto y me paro para poder ver lo que fotografió, algunas en el sentido de la marcha y otras marcha atrás.


El puente es una maravilla de la ingeniería, el más largo de estructura colgante de toda Europa con más de 2 kilómetros de longitud. Construido en los años 60 esta compuesto por una estructura de acero que se cuelga 70 metros sobre el río, mediante cables unidos a los pilares de apoyo, cuyas bases de hormigón se sumergen hasta 80 m por debajo del nivel del agua y se apoyan sobre el lecho del río. Los mástiles de apoyo forman 14 vanos que se separan desde 500 m en los extremos hasta los 1000 m del central que es el que marca la longitud real del puente.

Recuerda a los famosos puentes americanos de Nueva York por donde se corre el maratón. El color rojo de toda la estructura todavía lo hace mas llamativo, es una autentica pasada.

Vamos dejando atrás la orilla sur del Tajo mientras nos despide el gran Cristo Rey desde lo alto de la montaña y nos dirigimos hacia Lisboa corriendo por encima del río Tajo que en su desembocadura tiene una anchura brutal. Al fondo nos espera Lisboa, desde este enclave privilegiado vemos prácticamente toda la ciudad, el barrio bajo y el alto, el castillo en la parte mas elevada, las casas mas antiguas pegadas a la orilla del río y los edificios mas altos y modernos que se extienden al fondo.


Mientras hago fotos casi me llevo por delante a una chica que iba delante mío, le pido perdón pero no se lo toma muy bien, su pareja la tranquiliza y la anime a que disfrute. El incidente me hace darme cuenta que ya es hora de disfrutar de poder correr sobre el puente y dejar de hacer de turista. Guardo la cámara y me pongo a correr el kilómetro largo que me queda de puente, es una mañana esplendida de sol y la vista a ambos lados es un espectáculo. Veo pasar por debajo del puente los buques que entran o salen hacia el Atlántico.

Uno de los carriles de la calzada es una rejilla y acabo corriendo por encima de ella, es mas incomodo pero por eso hay menos corredores y puedo ir mas tranquilo. Por debajo de la  rejilla se puede ver la vía del tren que nos ha traído a la salida y mucho mas abajo el río.
Solo puedo decir que disfruto muchísimo mientras corro, disfruto de unas vistas tan especiales, del lujo de poder participar en una carrera tan distinta de las habituales, de estar haciendo algo que podré recordar y contar, de presumir que yo tome al asalto el Puente de Lisboa. Por este tipo de momentos es por lo que correr me sigue divirtiendo,  por lo que sigo entrenando y sufriendo, es lo que me compensa de los todos los esfuerzos.


Con estos pensamientos llegamos al punto más alto del puente y empezamos a descender en dirección a Lisboa. Miro el reloj y los primeros kilómetros han pasado volando, el ritmo es un poco rápido y deberíamos ir más despacio, pero mi cuñado va lanzado. Le dejo que se adelante unos metros avisándole que la distancia es muy larga y que las altas temperaturas van a endurecer la carrera. Pero la bajada y el puente anima a dejarse llevar y eso hacemos ya llegara el momento de apretar los dientes.

Se acabo el puente volvemos a pisar tierra firme, salimos de la autovía por la primera salida dirección a Lisboa. Se acabo el espectáculo y comienza la carrera.

Este es el principio de la historia de mi Media Maratón de Lisboa, pero realmente la carrera como siempre, empezó un par de meses antes cuando una tarde con poco trabajo en la oficina, se me hace la luz y toda encaja. Mis cuñados esta viviendo en Lisboa, mi mujer quiere ir a visitarlos, la fiesta de San Jose en Madrid la han trasladado al lunes y ese domingo se realiza la Media Maratón lisboeta. Todo se ha alineado y no puedo oponerme, entro en la web de la carrera y me inscribo, ya esta hecho, ya estoy apuntado a mi primera carrera internacional, ya tengo mi nuevo reto. No me olvido de escribir a mi cuñado para engañarle y que se apunte conmigo, no opone mucha resistencia, ya tengo compañía, el alojamiento y el traslado es lo más sencillo.

Dos meses después cruzo el puente del 25 de Abril en coche camino de Cacavelos donde viven mis cuñados. Se que dentro de dos días yo recorreré este mismo camino pero corriendo y debo reconocer que noto los nervios y las ganas de disfrutarlo.

La mañana del sábado la utilizo para ir a recoger el dorsal que resulta un caos total. La feria del corredor se realizar en un pabellón de la Expo y el atasco que hay en la zona es brutal. Se ha juntado la feria con que están grabando el master chef junior portugués y que hay un espectáculo de Frozen en uno de los pabellones cercanos. Llegar y soltar el coche es un infierno y una vez en la feria del corredor resulta que hay que tener el papel de registro para recoger el dorsal pues pasan el código de barras que incluye para identificarnos. Yo he sido previsor y lo llevo en la cartera pero mi cuñado viene algo despistado, tenemos que hacer cola para solucionar el incidente pero al final ya tenemos nuestros dorsales y la mochila del corredor con una camiseta muy “llamativa” pero no se si decir que “bonita”. 

Aunque tarde conseguimos reunirnos con el resto de la familia en un restaurante céntrico de Lisboa para comer estupendamente. Disfruto del típico bacalao preparado de cuatro forma distinta a cual más bueno. La tarde la aprovechamos para dar una vuelta por las calles peatonales del centro de la ciudad hasta la Plaza del Comercio. Esta animadísimo, con muchos españoles y grupos de músicos y bailarines ambulantes que animan el paseo. Una tarde de sol esplendida que todavía hace más bonita la ciudad y es que debo reconocer que Lisboa me gusta mucho, es una ciudad con un encanto especial y un ritmo de vida muy tranquilo que ayuda a disfrutar mucho mas de la cosas.

Volvemos hacia Cacavelos después de parar en el Mirador de San Pedro de Alcántara en el barrio alto para disfrutar de unas vistas estupendas sobre toda Lisboa y con el Castillo de San Jorge al fondo. Gracias que la carrera transcurre pegada al río y no por el centro de Lisboa así nos ahorramos las cuestas infernales que comunican los barrios lisboetas.

Cena en la playa de Cacavelos y a la cama para descansar pensando en la carrera del día siguiente. Aunque la salida es a las 10:30 y no hay que madrugar demasiado pero tenemos que llegar al otro lado del río y el único modo es en el tren que pasa por debajo del puente por donde cruzaremos corriendo después.

Desayuno completito en el buffet del hotel y ya vestido de corredor con camiseta de manga corta porque la mañana se presenta calurosa, me recoge mi cuñado y nos vamos hasta el Monasterio de los  Jerónimos donde es el final de la Media y donde vamos a aparcar el coche.

Cuando llegamos ya esta muy animado, coincidimos con los coches de la Organización cuando se van hacia la salida y vemos como están terminando de montar la meta que esperamos cruzar dentro de unas horas. No sabemos como llegar hasta el tren pero en seguida nos damos cuenta que es muy sencillo solo tenemos que seguir la riada de corredores. Primero nos subimos en un autobús, como sardinas en lata, que nos deja en la estación de trenes donde tomamos el tren que nos lleva al otro lado del Tajo.

En el tren por fin nos podemos sentar tranquilamente y disfrutar del recorrido sobre el río con la vista de Lisboa  a un lado y al otro la desembocadura del Tajo. Hay un gran tráfico de buques de carga que entran y salen del Puerto de Lisboa, es un espectáculo cruzar colgados por debajo de puente y muy por encima del río.


Nos bajamos en la estación al otro lado del Tajo y sólo tenemos que volver a seguir a la masa para encontrar el camino hacia la salida, aunque en esta ocasión el camino ya esta perfectamente señalizado. Nos recibe una banda de música y un par de zancudos disfrazados, la verdad es que esta muy animado. Hay muchos corredores pero también un montón de andarines que van a hacer la prueba de 10 Km, todos dispuestos a disfrutar de cruzar el río por encima del Puente 25 de Abril.

El paseo de un par de kilómetros nos lleva hasta la autopista y el peaje que da acceso al puente. La carretera esta ya cortada y la zona entre el peaje y el puente se ha habilitado para los corredores. Todavía queda un buen rato para la salida y aprovechamos para hacernos unas fotos y disfrutar del ambiente con el puente al fondo y el gran Cristo vigilándonos desde las alturas.

Ya hace calor parece que la temperatura va a ser un inconveniente sobre todo por que venimos del invierno y el cuerpo no está acostumbrado a las altas temperatruas, tendremos que refrescarnos bien y beber a menudo.


A las 10:00 empezamos a calentar un poco pero sin mucha intensidad, no pensamos en hacer marca por lo tanto tendremos tiempo en los primeros kilómetros de entrar en calor.
Se acerca la hora de empezar a correr y nos ponemos en la línea de salida, a nuestro lado un pelotón del ejército y muchísimos españoles y extranjeros, aunque también demasiados andarines para ser la prueba de medio maratón, supongo que se juntaran con los de la otra prueba que sale media hora mas tarde.

Se da la salida y ya sabéis como continua la historia….

Pero todavía tengo que contaros la segunda parte de la carrera. La salida de la autopista significa el comienzo real de la carrera, hasta ese momento ha sido un verdadero espectáculo y ahora nos toca correr. Nos dirigimos en dirección a Lisboa en paralelo al río pero no llegamos hasta la Plaza del Comercio, unos 500 m antes de llegar el circuito da un giro de 180º y volvemos en paralelo por donde habíamos venido alejándonos del centro de Lisboa.

Yo creía que íbamos a corre pegados al río pero el circuito va por la avenida que va entre las casas y el tren lo que desmerece las vistas y vamos un poco encajonados. El recorrido es una recta eterna de casi 5 km. primero se corre en una dirección, para dar la vuelta y volver otro 3 km y acabar en el Monasterio de los Jerónimos.


Pasado el kilómetro 12 mi cuñado empieza a notar el calor y los excesos del puente y tiene que bajar el ritmo, me pongo a su lado para hacerle de liebre e intento animarle pero las piernas le pesan mucho. Aguanta hasta el kilómetro 13 pero no hay ninguna duda de que le estoy forzando demasiado y que queda mucho de carrera, si no regula y va mas tranquilo no creo que pueda llegar. Decido dejarle y que coja su ritmo, creo que le estoy haciendo más mal que bien.

Me despido citándole en la meta y tiro hacia delante, empiezo a pasar a muchos corredores. En cada avituallamiento cojo agua, me bebo la mitad y el resto me lo hecho por encima de la cabeza y es que el calor empieza a ser peligroso. Pasamos por delante de la meta en los Jerónimos, ya están llegando muchos corredores pero a nosotros todavía nos quedan unos 6 kilómetros.

Dejamos la Torre de Belén a nuestra izquierda pero se ve muy lejos, es una verdadera pena que no pase la carrera más cerca. Intento concentrarme en la carrera y es que se me esta empezando a hacer un poco pesada, el recorrido no es muy atrayente, el calor es sofocante y cruzarse con los corredores que ya  vuelve en dirección  a la llegada no es que anime demasiado.

Se que debo recorrer unos 3 kilómetros antes de dar la vuelta y enfilar la última recta y en vez de animarme, me vengo un poco abajo. Se me hacen eternos los kilómetros y al final hasta los metros, por fin veo el giro y las piernas se animan algo. Doy la vuelta y procuro concentrarme en algo que me entretenga y no me haga pensar en lo que me queda. Voy atento para ver a mi cuñado y animarlo, pasan muchos corredores antes de que me cruce con él que viene sufriendo tanto como yo, me pregunta cuanto queda para dar la vuelta y le miento un poco diciendo que quedan unos metros cuando es casi un kilómetro.

Por fin entro en los últimos 2 kilómetros y alcanzo al avituallamiento de agua y comida, creo que deberían haberlo puesto unos kilómetros antes. Intento recuperar tomándome el plátano pero la verdad es que no soy capaz de tragarlo y prefiero agotar el agua. He conseguido mantener un ritmo bastante alegre pero mentalmente estoy sufriendo más de lo esperado.

Por fin veo el arco de meta y eso me anima un poco, la llegada es bastante espectacular con el Monasterio al fondo aunque yo realmente lo que quiero es parar de correr de una vez. Cruzo la meta en 1 hora y 50 minutos, una marca aceptable para mi estado de forma aunque no he disfrutado en los últimos kilómetros. Pero tiro del recuerdo de los primeros kilómetros por el puente y me devuelve el subidón para quedarme con un maravilloso sabor de boca de la carrera.

Me entregan un medallón muy bonito con el puente y las casas de Lisboa, un gran recuerdo. Voy saliendo de la meta pero me quedo en la zona vallada para esperar a mi cuñado. Todavía pasan unos cuantos minutos antes de que llegue, viene bastante cansado pero muy satisfecho de la carrera, lo importante era acabar aunque su idea era hacerlo por debajo de las 2 horas y no ha podido ser.

Nos cuesta un poco salir  de la zona de corredores que esta a reventar de gente muy animada, hecho de menos una botella de bebida isotónica pero me conformo con un helado de palo que me permite recuperarme un poco. De camino hacia el coche terminamos la carrera con una foto en la puerta del monasterio luciendo nuestras flamantes medallas. Una mañana maravillosa de carrera y un recuerdo inigualable el cruzar el puente por encima del Tajo.


De mi primera carrera internacional solo puedo decir que ha sido una experiencia muy satisfactoria y una carrera altamente recomendable por la ciudad de Lisboa, el trayecto por el Puente del 25 de Abril y los voluntarios que no paran de animar durante todo el recorrido. Volveré siempre que pueda para disfrutar y espero que en próximas ediciones haga menos calor y yo este en mejor forma para no sufrir tanto los últimos kilómetros.

Con el subidón de la carrera me animo a idear nuevos objetivos y el maratón siempre es la estrella. Completados prácticamente los grandes maratones nacionales, excepto Barcelona que me queda pendiente y Vitoria al que estoy apuntado para el mes de Mayo, mi reto es animarme a las pruebas internacionales una vez que ya he cruzado por primera vez la frontera para correr.

Los europeos son los más fáciles para comenzar, sin duda los dos majors Berlín y Londres, pero Atenas por su carácter histórico, Roma y Paris por su belleza y volver a Lisboa para correr su maratón costero no pueden faltar en la lista.

Cruzar el charco para correr en Nueva York es imprescindible, pero no animarse con los maratones de Boston y Chicago sería imperdonable.

Entonces  para completar los seis World Maratón Majors tendré que llegar hasta Tokio y ya puestos lo ideal seria poder decir que he corrido un maratón en cada continente, por lo tanto incluiré el maratón de Sydney y el de Marrakech en África. Correr por todo el mundo y no hacerlo América del Sur sería una pena por lo tanto también apuntare Río de Janeiro o Buenos Aires o mejor los dos.

Total mi lista de deseos incluye 14 maratones, creo que me he venido muy arriba pero soñar es gratis.