No soy un corredor que este
obsesionado con las marcas y no porque no me gustaría bajar de las 3 horas en
un maratón o acabar una carrera de montaña entre los 20 primeros de mi
categoría, sino por la sencilla razón de que soy lento y no tengo ni la dedicación
ni el tiempo para mejorar mis ritmos.
Esto lo descubrí ya en mis
primeras carreras populares por lo que decide cambiar velocidad por variedad.
Por eso cada año me propongo nuevas carreras y retos, a veces carreras de mayor
distancia o con desniveles superiores o en ciudades que no conozco, procurando
no repetir carreras en las que ya he participado en años anteriores.
Pero todos los años al menos
en dos ocasiones incumplo esta norma, he incluyo en mi calendario la Media de
Madrid y el Trebol Trail de Becerril. Una de asfalto y otra de montaña, con
distancias similares pero completamente diferentes en preparación y recorrido.
La primera es la carrera de mi ciudad, la primera que corrí y la que veía pasar
por debajo de mi casa cuando aún no era un corredor. La segunda la corro desde
su primera edición y se ha convertido en mi pequeño reto ser uno de los
corredores que la haya corrido en todas sus ediciones.
Este año 2015 no iba a ser
menos y con una diferencia de dos semanas pase del asfalto al monte para correr
mis dos clásicas de cada temporada.
Media
Maratón de Madrid 2015
Por quinta vez consecutiva me
coloco en la salida de la Media de Madrid, de los siete magníficos que tomamos
la salida el año pasado sólo repetimos tres y uno de ellos se ha renganchado
ayer por la tarde y correrá con el dorsal de otro de los magníficos que se ha dado
de baja por “lesión”.
Pero para esta edición tenemos
dos nuevos corredores, jóvenes y deportistas de la especie conocida
popularmente como “runner picados”. De hecho en la oficina se han hecho
apuestas sobre las posiciones en que cruzaremos la meta los cuatro compañeros que
participamos en la carrera. Conociendo a los nuevos sé que saldrán a muerte y
no puedo relajarme, si no quiero una nueva humillación el lunes cuando vuelva
al trabajo.
Después de varios años
corriendo esta media a ritmos tranquilos, con la excusa de acompañar a algún compañero, este año salgo dispuesto a
correr, Mi objetivo bajar de la 1 y 45 minutos en mi preparación hacia el
Maratón de Madrid.
Aunque hemos quedado todos
para salir juntos los nuevos no aparecen, luego me enterare que llegaron mucho
antes para poder situarse en los cajones delanteros de salida y ganar unos
metros. Los tres magníficos nos colocamos en nuestro cajón de salida aunque
luego descubriré que otros muchos corredores no lo han hecho, lo que hace que
los primeros kilómetros sean caóticos y que durante todo el recorrido tenga que
ir adelantando gente con un ritmo muy inferior al mío.
En cuanto dan la salida mi
compi se queda atrás, después de Villalba no esta dispuesto a sufrir de nuevo, mientras
que yo junto con mi primo, al que el año pasado no pude seguir, arrancamos
cuesta arriba por la Calle de Alcala. La salida desde la Plaza de Cibeles es la
novedad en el recorrido de este año y toda una declaración de intenciones, comenzando
la carrera cuesta arriba queda clara la dureza de esta media.
Mi primo se pone a mi rueda
pero en varios ocasiones le pierdo entre tanta gente. En lugar de correr avanzamos
haciendo slalom entre los corredores, con continuos cambios de ritmo y dirección,
imposible mantener un ritmo constante, pero es lo que tiene las carreras
multitudinarias.
Ya estamos en Santa Engracia
pasando por delante de los bomberos con mucha animación y llego a la altura de
mi casa, en esta ocasión no ha bajado la familia me da un poco de bajón pero
sigo adelante en mi objetivo. Mi primo se me rengancha después de que unos
metros antes se hubiera descolgado, pero ya en Bravo Murillo nos separamos definitivamente,
este año esta en peor forma que en la edición anterior, una lástima me hubiera gustado
acabar la carrera juntos.
Llego a Plaza de Castilla y me
lanzo en el tramo de bajada, a pesar de lo incomodo que me esta resultando la
carrera voy en tiempos y las piernas van frescas. A la altura de la oficina me
encuentro con un par de compañeros que han venido a animarnos, me paro a
saludar y comentar si han pasado mis contrincantes, parece que soy el primero
pero entre tanta gente han podido pasar escondidos para atacar al final.
A pesar de estar ya en el
ecuador de la carrera, siguen formándose tapones cada vez que se estrecha el
circuito o comienza una subida. Tanto cambio de ritmo empieza a afectarme en el
ánimo y cada vez corro más incómodo. Me tomo un gel para intentar recuperarme
pero me atraganto y no tengo agua hasta el próximo avituallamiento que esta a
un par de kilómetros. Esta claro que no esta siendo mi mejor carrera.
Aunque voy a ritmo por debajo
de los 1:45 solo he conseguido adelantar hasta ahora al globo de las 2:45 y de
las 2:30. Me parece un error de la Organización que los globos de los tiempos
de referencia salgan delante en lugar de en los cajones del tiempo que marcan. Desde
mi cajón de 1:46 ni siquiera veía los globos, debieron salir como mínimo 15
minutos antes de que yo pudiera cruzar la salida.
Comienzo la vuelta al Retiro
de mal humor, no estoy corriendo bien, pero intento olvidarme de los malos
pensamientos y centrarme en acabar lo mejor posible. Antes de atacar la subida
por Alfonso XII supero al globo de las 2:00, tampoco me sirve de mucha
referencia.
A mitad de la subida me
alcanza unos de los compis que se estrena en la distancia, viene fresco y con
ganas de conversación, salió por delante mío pero le he debido adelantar en
algún momento de la carrera sin verle. Me alegro de que este tan entero pero la
verdad es que no tengo muchas ganas de hablar y tiramos hacia delante a buen
ritmo. Todavía sigue habiendo mucha gente alrededor y no podemos correr juntos,
se me adelanta unos metros, le recupero y le paso, me vuelvo a quedar bloqueado
por otros corredores y me vuelve a adelantar.
Por fin entramos en el Retiro,
ya sólo queda pasar los interminables arcos publicitarios para cruzar la meta.
Mi compi la cruza un par de metros por delante mío pero más de 40 posiciones
por delante, lo que da una idea del río de corredores que entramos a la vez. Le
felicito por su carrerón, sabía que estaba bien preparado pero nunca pensé que
controlara tanto la distancia, empezó lento y acabo pletórico. Yo empecé rápido
y a tirones y acabe enfadado y a tirones, pero al menos un par de minutos por
debajo de mi objetivo, aunque peor de lo que esperaba y con sensaciones raras.
Mi primo entra unos cuantos
minutos por detrás mio y mi compi casi vuelve a bajar de las dos horas. En
cuanto al cuarto en las apuestas, entro casi 5 minutos por delante de nosotros
pero en tiempo real por detrás mio y es que se coló en el cajón de la elite y
tuvo la calle despejada. En cualquier caso el lunes podre ir tranquilo a la
oficina pues he conseguido que no me ganaran, pero creo que será el último año que
pueda hacerlo, a no ser que los tiempos se corrijan por edad. Y es que los mas
de 10 años que les llevo se notan mucho en las cuesta arriba.
La clasificación final de la
apuesta quedo como sigue. Sorprende la diferencia entre las posiciones finales
y reales y como los que salimos detrás adelantamos muchas posiciones mientras
el compi que se coló en la salida fue perdiendo posiciones durante toda la
carrera:
Pto
|
Pto
Real
|
Categoria
|
Tiempo
Oficial
|
Tiempo
Real
|
3899
|
4712
|
Senior
|
1:46:13
|
1:44:16
|
6724
|
5294
|
Senior
|
1:56:07
|
1:45:39
|
6765
|
4149
|
Veterano
B
|
1:56:14
|
1:42:41
|
12675
|
11482
|
Veterano
A
|
2:14:30
|
2:00:56
|
Trebol
Trail de Becerril 2015
Camino de Becerril vuelvo a preguntarme porque un año más corro esta carrera, no es el más bonito de los circuitos montañeros de la zona, ni siquiera es una carrera suave para ir relajado y subir la autoestima, ni tampoco un recorrido muy técnico que te obliguen a lucirte en las bajadas. Pero es una carrera con “encanto”, sobretodo en su organización, además la corro desde la primera edición y como padrino de su nacimiento me veo algo obligado a acompañarla mientras crece.
Este año la intercalo en mi
preparación para el MAPOMA, por lo que solo he pisado la tierra la última
semana para domar mis nuevas zapas. Pero al contrario que en años anteriores
llego casi en un pico de preparación y estoy convencido de que se me dará mejor
que en las anteriores ediciones en las que sufrí mucho.
Me he citado con dos
acompañantes, uno de ellos ya es un fijo tanto en el asfalto como en esta
carrera de la que como yo ha corrido las dos ediciones anteriores, pero el otro
se estrena en la carrera y en las pruebas de montaña y tampoco se puede decir
que tenga una gran experiencia en asfalto, de hecho no ha pasado de correr un
par de 10.000. Yo estaba convencido de que no se presentaría pero al final
aparece dispuesto a darlo todo, le advierto una y otra vez que se lo tome con
calma.
Ha amanecido una mañana rara,
ni de primavera ni de invierno, fresca cuando sopla el viento pero calurosa
cuando pega el sol. No me aclaro sobre que ropa ponerme y de hecho mientras
hacemos tiempo esperando a que den la salidas me cambio tres veces de camiseta.
Por fin dan la salida y nos
ponemos a correr. Desde los primeros metros cada una coge su ritmo, me despido
y rápidamente me adelanto unos metros. El primer tramo de asfalto sirve para
calentar pero enseguida entramos en el monte y en la primera subida. Todos los
años se producen atascos en este tramo pero eso me viene bien para no
acelerarme.
Un ratito corriendo y mucho
andando, en fila india y sin poder adelantar prácticamente posiciones hemos
terminado la primera subida y nos lanzamos a lo loco en la bajada. No es que
sea un gran experto pero cada vez me desenvuelvo mejor en las bajadas y voy
adelantando a los corredores que van con más precauciones.
Tras la bajada llega el único
tramo “llano” de la carrera donde se puede correr alegre manteniendo un ritmo
constante y es el momento de disfrutarlo. Pero reservo fuerzas para la subida
de los Arrastraderos en donde todos los años he sufrido mucho. Las primeras
rampas ya empiezan a calentar las piernas pero sé que lo peor está por llegar y
aunque reservando procuro mantenerme corriendo y este año lo consigo.
Pero llega el pinar y los
desniveles infernales, es el momento de andar y sufrir. Está claro que llego en
mejor forma que en ediciones anteriores porque no me cuesta en exceso mantener
un ritmo alegre de subida, hasta me permito el lujo de adelantar a algún
corredor aunque tenga que salirme de la senda y hacer algunos metros de más.
Antes de darme cuenta ya ha terminado y salgo del pinar con fuerzas suficientes
para trotar un poco para llegar al edificio del telégrafo donde este año han
puesto el avituallamiento.
Comienza la bajada y a mi
rueda se junta una chica a la que cedo el paso, aunque ella prefiere seguir mi
estela durante la bajada comentando que va muy cómoda con mi ritmo. Me hace
ilusión hacerle de liebre y disfruto mucho de estos kilómetros de descenso
mientras voy abriendo pista. Bajo rápido y constante, no sin algún susto con el
terreno pero al menos es la primera edición donde no me pierdo en esta bajada.
Terminada la bajada ataco un
primer repecho y tengo que andar, es donde aprovecho para conversar con mi
acompañante, me comenta que ha corrido en el Genaro aunque en el recorrido
corto y que es la primera vez que hace tantos kilómetros por montaña, le animo comentando
que ya ha pasado lo peor sólo le queda una última subida. El Genaro es una de
las carreras que tengo ganas de hacer pero este año ha coincidido con la Media
de Madrid aunque está apuntada para el 2016.
La cuesta se empina y ella se
va quedando atrás, me despido deseándole suerte y avanzo a mi ritmo. Este año
han cambiado el recorrido por el anidado de no sé qué ave protegida y aumentado
en un par de kilómetros, total más de 20 km de carrera. Este tramo es nuevo y
nos lleva todavía más abajo, eso significa que la última subida será más larga
por lo que aunque me encuentro muy bien de fuerzas decido reservar algo.
Llego al último
avituallamiento donde aprovecho para parar un poco y tomar algo de fruta, me
vuelvo a juntar con los corredores que he ido adelantado en los últimos
kilómetros y a la hora de arrancar de nuevo se produce un poco de atasco en la
primera senda estrecha, pero en seguida la carrera se estira y vuelvo a correr
cómodo. Más bien a andar porque el camino es duro, no pasa por el corta fuegos
de otros años pero a cambio han incluido algunos tramos en donde hay que
agarrarse a los pinos para poder subir.
Una primera subida de un
kilómetro, seguida de un falso llano que permite correr un poco y un par de
kilómetros de subida imposible, nos lleva de nuevo a lo más alto del monte. Se
me hace más llevadero que otros años pero no creo que sea por el cambio de
recorrido sino porque yo estoy más fuerte.
Enganchamos con la última
bajada que es la misma que otros años y aunque noto una enorme ampolla en la
planta del pie que me está molestando, me lanzo rápido, tengo fuerzas y ganas
de acabar. Adelanto y me adelantan, voy muy parejo con otros corredores y en
cuanto ellos o yo dudamos en una pisada nos intercambiamos las posiciones.
Ahora sí que estoy disfrutando de la carrera, este tramo es precioso y ya no me
guardo nada.
Hasta la “piedra” que la
Organización incluye cuando ya estamos en el tramo más suave de la bajada y que
otros años se me atraganta, la subo a grandes saltos mientras otros corredores
tienen que subir agarrándose. Lástima que ya casi a punto de superarla me topo
con un corredor parado y tengo que
detenerme perdiendo el equilibrio y volviendo sobre mis pasos. Consigo
rehacerme sin caerme y con un par de saltos bajo la piedra y cojo el último
tramo de senda.
Como en las dos ediciones
anteriores el último par de kilómetros de asfalto se me hacen larguísimos,
además la ampolla se me ha abierto y me duele cuando apoyo. A pesar de todo
mantengo un ritmo suficiente para que nadie me adelante y cruzar la meta con mi
mejor tiempo de las tres ediciones.
Disfruto del estupendo
avituallamiento de llegada mientras espero a mis compis. Tardan todavía un buen
rato en llegar y el primero es el novel, con calambres y agotado pero exultante
con su pequeña hazaña. Todavía pasaran unos minutos más hasta que llegue el
otro y como me temía reventado y de un humor de perros como todos los años,
bueno este año un poco más, me asegura que se retira de las carreras, por lo
menos hasta después de verano, que no cuente con él para ninguna otra tontería
de carrera.