viernes, 19 de octubre de 2012

Por un día en Madrid se circula en bici

Aunque sólo sea por un día, desde hace un par de años, el primer domingo de octubre abandono mi trote cochinero para subirme en la bicicleta y disfrutar de uno de los días con mayor tradición ciclista de Madrid, el “Día de la bicicleta”.

No se trata de ninguna competición, simplemente se cierra al tráfico un circuito de 22 km por las calles más emblemáticas de la capital, para que los ciclistas las tomen a su antojo durante unas horas. Este año se celebra la 34 edición y cada vez la participación es mayor, este año se ha llegado a las 20.000 personas, la mayoría familias completas o grupos de amigos, aunque también nos acompañan algunos profesionales.










En mí caso la fiesta comienza la tarde del sábado, tengo que buscar las bicicletas, ya que el parque móvil familiar se reduce a dos patinetes, la moto rosa de la canija y la bici de BMX del enano, que mola mucho pero no sube las cuestas de Madrid. Para eso está la familia y con un par de llamadas telefónicas consigo dos bicis una de ellas con asiento de niño para cargar con la enana, sólo falta la excursión para ir a buscarlas. Desde ahora me comprometo a que el año que viene participaré con mi propia bicicleta, para ello ya he escrito la carta a los Reyes Magos y que vayan encargándola en Oriente.

La salida es a las 9:00 de la mañana y tenemos que madrugar, a los enanos les cuesta arrancar y a su padre más. Por fin estamos en la calle con las bicis y camino del Retiro, ha costado algo más de lo previsto, sobretodo porque a última hora me he dado cuenta de que no llevaba aprovisionamiento con que entretener a la pequeña y hemos tenido que subir a buscar galletas de dinosaurios y cereales de chocolate.

Con la hora apurada llegamos a la Puerta de O´Donell, ya hay un montón de gente esperando a que den la salida, mi hermana me llama por segunda vez.

“¿Dónde estáis? ¿Pero si yo también estoy en la puerta?
¿No os veo? A si ya te veo, pero si has venido con la enana”.

Agrupado el equipo de salida, nos hacemos las fotos de rigor antes de comenzar y ya estamos dispuestos para disfrutar del paseo. Hay muchas bicicletas que ocupan toda la calle y no podemos llegar hasta la línea de salida, por lo tanto decidimos incorporarnos una vez que se ponga todo el mundo en movimiento.


Se da la salida y la marea de ciclistas se va poniendo poco a poco en movimiento, la “serpiente multicolor” se despereza perezosa y avanzan despacio muy despacio (que poético me ha quedado esto). Estamos todos ya nerviosos y al primer claro que queda nos colamos en la procesión, por fin estamos en marcha.


A un ritmo muy cansino rodamos por Príncipe de Vergara para ir tomando contacto con la bicicleta. En este primer tramo es complicado avanzar, tenemos que ir muy atentos a los frenazos. La mañana es perfecta para montar en bici, hace sol pero el calor no aprieta. Vamos ocupando toda el ancho de la calle y realmente parecemos una marea que avanza lenta encajonada entre los edificios, es todo un espectáculo.

Vamos haciendo camino a buen ritmo, la enana va feliz sentada detrás mió, comiendo sus galletas, le pregunto como va y siempre me contesta lo mismo.

“Me lo estoy pasando fenomenal”.

Luego a continuación vuelve a preguntarme por enésima vez.

“¿Me estoy portando bien?”.

Me da que pensar a lo mejor la regaño demasiado pues no es normal tal obsesión.


Llegamos a la primera cuesta del recorrido, subida por Mateo Inurria hasta la Plaza de Castilla, cada uno hemos tomado nuestra posición en el pelotón y ya no hay apretujones. Yo recordaba más dura esta subida pero después del primer tramo, que yo hago por la Plaza del Duque de Pastrana para pasar por delante de mi colegio, la cuesta es muy tendida y ni siquiera debo tirar del plato pequeño.

Los miedos que tenía antes de empezar, sobre pedalear con exceso de equipaje, se van disipando y comienzo a disfrutar del paseo. Mi hermana y mi hijo ya llevan un buen rato disfrutando, van a su bola de atrás adelante, en un momento están a mi altura y al siguiente los veo unos cuantos metros por delante o me dan una pasada viniendo desde atrás.


Me llama por teléfono mi hermana pequeña, habíamos quedado con ella en Nuevos Ministerios. Me cuenta que no ha podido retener a los enanos y les ha dado el pistoletazo de salida. Aprovechando que la Castellana está ya cortada, pero que todavía no ha llegado la cabeza del pelotón, se han puesto a pedalear con la calle vacía. Quedamos en la Plaza de Colón donde ella nos esperara con su pequeñajo, tiene la edad de mi enana, 4 años, pero se ha atrevido a ir en su bici como los hermanos mayores.

Llegamos a la Plaza de Castilla, donde siempre se produce un parón, por el estrechamiento de los carriles y porque mucha gente aprovecha para pararse y reagruparse con los que se han quedado en la subida. Nosotros vamos todos juntos y nos lanzamos Castellana abajo, es el tramo más rápido del recorrido, mi hijo se lanza como un loco sin manos, se pone detrás mío para que no le regañe pero aún así le saco una fotografía, ya veras cuando la vea su madre.




Tenemos el Paseo de la Castellana para nosotros solos, es una gozada, el pelotón ocupa todo el ancho y se circula muy rápido. Yo con los 15 kg adicionales de mi enana, bajo lanzado hasta los 30 km/h, me cruzo con alguno que se ha ido al suelo y decido frenar un poco.

He perdido a mi hermana pero a la altura de la Plaza de Emilio Castelar aparece al grito de.

“Sois unos lentos. Os estáis quedando atrás”.

Y es que ella es así todo tiene que ser a lo bestia.

Plaza de Cibeles, paro a saludar a mi hermana pequeña que está esperándonos en la acera, por supuesto mis acompañantes se han pasado de largo y ya están subiendo Génova. El equipo de los intermedios ha continuado camino con su padre y deben estar por delante. Quedamos en la Plaza de Cibeles para hacer juntos hasta Atocha que es cuesta abajo.

Encaro la cuesta de la calle Génova, corta pero muy dura, es el único tramo del recorrido en donde tengo que cambiar al plato pequeño. El pelotón se reagrupa, la cuesta hace estragos y la gente pedalea en vacío, al estilo Armstrong con su famoso molinillo pero sin avanzar metros. Otra vez hay que estar atento a los frenazos y a la gente que se queda parada. 




Aunque es una fiesta algunos quiera ir más deprisa de lo debido y generan algún momento de peligro o se despistan y se cruzan sin mirar, como le pasa a mi hermana que casi se lleva a un chaval por delante. En general la gente nos lo tomamos como una diversión, aunque yo no puedo evitar pegar un par de gritos al más estilo “López” a algún indocumentado.

La enana pide más viandas y se me han acabado las galletas de dinosaurios, tengo que tirar de las reservas de cereales, pero ella no puede abrir el taper. En plena marcha tengo que hacer malabares para abrirlo con los dientes sin que nos caigamos al suelo, la verdad es que no se porque no paro, pero al final prueba superada y ya estamos girando a izquierdas para tomar la calle Princesa.

Mi enano envalentonado por su tía se lanza a toda velocidad, mientras me dice.

“Papi, te esperamos en Callao”.

Esto no puede quedar así y empujado por la pequeñaja que me anima para que adelantemos a su hermano, me lanzo cuesta abajo. Antes de llegar a la Plaza de España le sorprendo con una pasada a toda velocidad y es que todavía no estoy tan viejo como para que me gane un adolescente.

Comienza la subida por la Gran Vía y aunque dura en su primer tramo hasta Callao, la verdad es que se disfruta de verdad. La gente se detiene a hacer fotos y se forman grupos que esperan a gente o saludan a los espectadores conocidos, es la zona quizás más festiva del recorrido junto con la calle de Alcalá.



Tomamos el descenso hacia la Plaza de Cibeles en donde hemos quedado. Comprobamos que el tramo hasta Atocha esta cerrado porque hay una manifestación en el Congreso. El recorrido se ha recortado en casi 3 km y además era la parte más llana que pensábamos hacer con mi sobrino.

Nos reagrupamos frente al Palacio de Correos para tomar decisiones, mientras tanto conseguimos unos globos de publicidad para decorar las bicis, la enana esta encantada era el último detalle que nos faltaba. A pesar de que sabemos que es complicado nos atrevemos a atacar la subida de Alcalá con el canijo de 4 años en su bicicleta de juguete, hasta cuando va cuesta abajo tiene que dar pedales para no pararse.


Comienza fuerte pero es imposible, ni las piernas, ni la bici le dan para subir el desnivel, la gente alucina y le anima, pero su madre tiene que acabar desmontando de su bici para empujarle y conseguir llegar hasta la Puerta de Alcalá.


Cambiamos de estrategia, el enano ira subido en el trasportín de la bici de su madre y alguno de los demás cargaremos con su bici. Aunque la primera idea es que mi hijo cargue con ella, no es capaz de montarla sobre su bici, no tengo paciencia y acabo montándola sobre mi manillar y para arriba. Ya sin mayores problemas y disfrutando del final del recorrido rodeamos el Retiro hasta llegar a la meta. 
 







Cruzamos la meta después de un par de horas de pedalear, teniendo en cuenta las paradas y la accidentada subida de Alcalá, hemos ido rápidos para el equipo que teníamos.

Nos hacemos las fotos oficiales de nuestra llegada y reponemos fuerzas con los melocotones que nos ofrece la Organización. Ahora solo tenemos que localizar al grupo de los canijos intermedios liderado por mi cuñado, seguro que han llegado hace un rato pues iban bastante por delante.





Llamada de teléfono.

“¿Dónde estáis? Dentro del Retiro, vale ¿Pero exactamente donde?
¿No, yo no conozco el Retiro? ¿La puerta de que?”.

Al final después de varias llamadas, gritos, enfados, discusiones y muchas indicaciones, conseguimos centrarnos y nos reagrupamos en la Puerta de Madrid al final del Paseo de Coches, yo la conozco por que es la salida habitual de la mayoría de las carreras que comienzan en el Retiro.


Mientras los enanos juegan, los mayores intercambiamos experiencias, la verdad es que ha resultado estupendo, no podíamos haber tenido mejor climatología para montar en bici, el recorrido es precioso y aunque con alguna cuesta es muy llevadero, hasta los enanos han sido capaces de seguir el ritmo. Todos confiamos en que mañana no tengamos demasiadas agujetas y comentamos lo que han mejorado las bicis con tanta marcha, no como las BH de cuando éramos pequeños que pesaban una tonelada y sólo tenían un desarrollo, daba igual si subías o bajabas.



Creo que el año que viene repetiremos y la mayoría del grupo se animara a hacer todo el recorrido. En el caso de mi familia seguro que volvemos, le hemos cogido cariño al recorrido, aunque para la siguiente edición la canija quiere ir en su bici, ya veremos como nos organizamos.

Recomiendo a todos que os animéis, seáis o no habituales de la bicicleta, la oportunidad de circular por mitad de la calzada en Madrid, a un ritmo cansino y pendiente sólo de las demás bicicletas, no hay que desperdiciarla.

A posteriori me he enterado que el horario de salida es de 9:00 a 11:00 y que a partir de esa hora límite la policía va cerrando el circuito, lo apunto para el año que viene, no tenemos que madrugar tanto, podemos salir a las 9.30 o 10:00 y tendremos tiempo para hacer todo el recorrido completo.

martes, 9 de octubre de 2012

El TOP TEN de los 10.000 madrileños

Hace ya más de dos años, el día siguiente de correr mí primera carrera popular por Madrid, recuperado físicamente del esfuerzo pero aún con el subidón de endorfinas, me puse como loco a buscar en Internet nuevas carreras para mejorar mis marcas y buscar retos que superar. Creo que es un efecto rebote que se produce en algunos corredores noveles cuando cruzamos la meta y que es claro síntoma de que nos hemos enganchado a esta “sana afición” de correr.

Desde entonces hasta ahora he conseguido estrenarme en la temida maratón de Madrid, he entrado en el maravilloso mundo de los “entrenamientos de calidad”, rebajado mis marcas de forma significativa, pero sobretodo he disfrutado de muchos y buenos kilómetros en mis piernas.

En aquella primera época de locura encontré un artículo de Enrique Aguado Pérez en http://suite101.net/article/carreras-populares-en-madrid-a1362, en él que se hablaba de las pruebas de 10.000 m con mayor tradición de la Comunidad de Madrid.

A las ocho que se nos proponían, yo he añadido dos más para completar la clasificación de las TOP TEN. Desde el primer momento me pareció una idea genial poder correrlas todas en alguna ocasión y me marque como objetivo terminar las 10 carreras. Desde entonces por motivos de agenda y entrenamientos solo he conseguido realizar dos de las diez propuestas, pero el objetivo sigue vivo.

A continuación y siguiendo la línea del artículo voy a comentaros las particularidades de las 10 míticas por si alguno se anima.

La Carrera del Agua – Marzo – 32 ediciones
Organizada por el Canal de Isabel II, une los dos depósitos de agua más emblemáticos de la capital, sale bajo el depósito elevado de la Plaza de Castilla, y termina en el del Parque de Santander, toda una manzana de depósito subterráneo ahora reconvertido en campo de golf.

Tiene una gran tradición entre los corredores madrileños por eso hay que estar atento a las fechas, no podemos despistarnos por que los dorsales vuelan todos los años. Aunque cada año varía en algo el recorrido podemos afirmar que es un recorrido muy favorable, sobretodo los 3 largos kilómetros de descenso por la calle Bravo Murillo, pero el comienzo por la Castellana y la última subida desde la Plaza de Cristo Rey son cuestas importantes.

Para mi particularmente es una carrera especial, pues recorre mi barrio, de hecho en el Parque de Santander realizo la mayoría de mis entrenamientos de series.

Carrera Intercampus – Marzo – 14 ediciones

Esta carrera une los dos campus de la Universidad Carlos III, el de Getafe y el de Leganes. Tiene la particularidad de que cada año se corre en un sentido distinto lo que implica que un año es cuesta arriba pero al siguiente es cuesta abajo, aunque en ambos casos el desnivel es muy ligero.

El número de participantes esta limitado a 2000 corredores, lo que garantiza una carrera sin muchas aglomeraciones excepto en la salida. El recorrido no tiene demasiado encanto ya que transcurre entre chalets adosados, edificios de viviendas y naves industriales, quizás el momento más curioso es cuando los corredores cruzan por debajo de la Autovía de Toledo.

Trofeo San Lorenzo – Julio – 30 ediciones

Es la carrera del barrio de Lavapiés, transcurre por la centro histórico de Madrid, correremos por el Madrid de los Austrias, Plaza de Oriente, Puerta del Sol y esto ya justifica la inscripción en esta carrera. Organizada por el esfuerzo personal de la gente de Lavapiés y con poco apoyo institucional los corredores agradecemos el esfuerzo y el cariño.

Como curiosidad comentar que en los últimos años por motivos ajenos a la Organización no se ha repetido el recorrido, introduciendo siempre alguna novedad, lo que anima a participar cada año para poder descubrir los cambios.

En su contra las fechas en que se realiza, a finales de Julio las temperaturas son muy elevadas en Madrid y muchos de los corredores populares hemos dado por terminada la temporada de carreras y comenzamos nuestro descanso estival.

Trofeo Edward – Septiembre – 14 ediciones

La mayoría del recorrido transcurre por el Parque del Paraíso en el barrio de San Blas, en su avenida central flanqueada por una gran arboleda lo que hace muy agradable la carrera.

Se corre por un circuito cerrado muy plano al que hay que dar tres vueltas, esto implica que los cruces y adelantamientos entre los corredores sean habituales. En la meta coinciden los corredores que ya terminan su recorrido con los que todavía deben dar una vuelta más, cuidado no equivocarse.

Para muchos corredores su único objetivo es no ser doblados por el ganador de la prueba, lo que en la mayoría de los años implica tener que correr por debajo de los 45 minutos.

La Carrera de la Ciencia – Octubre – 31 ediciones

Una carrera exigente, con largas subidas y muchos toboganes en el último tramo. Aunque la salida es multitudinaria, el recorrido es capaz de absorber el gran número de corredores que año tras año siguen apuntándose a esta carrera y permite correr de forma fluida desde los primeros metros.

Comienza en una gran bajada por la calle Serrano y antes de llegar a la Puerta de Alcalá se desvía por la calle Recoletos, este tramo es el más complicado de la carrera, el pelotón debe estrecharse y las aceras tampoco sirven de alivio pues los bolardos producen más de un traspiés. Por fin llegamos al  Paseo de la Castellana y la carrera se acomoda, aunque la subida hasta la Plaza de Cuzco se va endureciendo cada vez más.

A partir de ese momento comienza la zona de continuos toboganes hasta la meta, si hemos conservado fuerzas lo disfrutaremos en caso contrario lo sufriremos.

Carrera Popular Grutear – Noviembre – 12 ediciones

Esta clásica que transcurre por el casco histórico de Alcalá de Henares, es ya recomendable exclusivamente por disfrutar de esta ciudad. La Organización hace verdaderos esfuerzos para mantenerla cada año ante la falta de apoyo y ayuda, todos los años se suele retrasar la hora de salida y en algunos tramos se mezclan los corredores y transeúntes.

Cuidado con el recorrido, aunque no tiene grandes desniveles si es muy revirado, con algunas curvas muy cerradas lo que nos obliga a bajar la velocidad, y hay tramos de adoquinados que machacan las piernas. Debemos dar dos vueltas al circuito para completar los 10 km, si las sensaciones no son buenas podemos finalizar en el primer paso por la meta.

Celebrar el Día Mundial sin Alcohol es un buen motivo para participar.

Carrera Popular de Canillejas – Noviembre – 32 ediciones

Otra de las tradiciones carreras que se realizan en el Barrio de San. El recorrido describe un zigzag de ida y vuelta, buscando las avenidas más anchas del barrio para completar los 10 kilómetros de la prueba y aunque a lo largo del mismo nos encontraremos con subidas y bajadas el circuito permite realizar buenas marcas. La parte central de su recorrido coincide con el circuito del Trofeo Edward.

Una de sus particularidades es que tiene lugar al mediodía, la salida esta prevista para las 11:30, y a los corredores dormilones, como es mi caso, nos permite evitar el madrugón obligatorio para participar en otras carreras.

Carrera Popular Villa de Aranjuez – Diciembre – 28 ediciones

A destacar la carrera sobretodo por el entorno, correr junto a los jardines de Aranjuez es un autentico lujo, además es un circuito muy plano que permite realizar buenas marcas, muchos corredores la utilizan para conseguir marca de cara a mejorar en los cajones de la San Silvestre.

Su hora de salida a las 12:00 de la mañana, nos permite llegar hasta Aranjuez desde Madrid con tiempo suficiente, aunque tendremos que ir el día antes a recoger el dorsal que no se entrega el día de la carrera. Existen cajones de salida en función de la marca prevista, aunque no es necesario acreditarla excepto para el cajón de menos de 38 min, y se dan dos salidas separadas por dos minutos.

Aprovechar para ir con la familia y quedarse a comer, en Aranjuez hay algo más que fresas.

Trofeo Akiles – Diciembre – 31 ediciones

Todos los años el Club Akiles hace un gran esfuerzo por mantener esta carrera que lucha contra otras mucho más mediáticas y con mayores medios, a su favor el ambiente familiar y la dedicación de los voluntarios. Aunque la gran afluencia de corredores año tras año demuestra que todavía hay sitio para las carreras hechas con cariño, seamos indulgentes con los errores de organización que todos los años se producen.

El recorrido transcurre por la zona central de la Casa de Campo alejados del tráfico e incluye la famosa subida al Cerro Garrabitas, con sus más de 2 km con una pendiente media de 3.4%. Este trazado y el hecho de que al realizarse en Diciembre las temperaturas sean ya frías, la hacen distinta a las carreras más cosmopolitas y debo reconocer que le tengo especial cariño.

Los últimos años se ha incluido una carrera de 5 km para los menos preparados, pero el hecho de que la salida sea común a ambas y la coincidencia de los primeros kilómetros del recorrido complican aún más la organización.

San Silvestre Vallecana – 31 de Diciembre – 34 ediciones

En Madrid es “la carrera”, cualquier madrileño sea corredor, aficionado o no haya dado dos zancadas en su vida la ha corrido y terminado o piensa hacerlo en alguna ocasión.

Tiene lugar la tarde del día de fin de año antes de que cada uno nos vayamos a nuestras casas a tomar las uvas, eso unido al gran número de participantes, los disfraces de los corredores y sobretodo la gente animando en el recorrido la hacen diferente y una estupenda forma de terminar el año, convirtiéndose más en una fiesta que una carrera.

En su contra sólo el precio de la inscripción y la lucha, cada vez más complicada, por conseguir un dorsal, el año pasado se acabaron a las 48 horas de abrirse la inscripción. Sólo avisar que la locura de la carrera no nos haga olvidar que los últimos kilómetros por el Barrio de Vallecas son en subida y debemos reservar algo de fuerzas, para que el final de fiesta no se convierta en un sufrimiento para finalizar el año.

Como curiosidad comentar que esta tarde antes de sentarme a escribir esta entrada, he coincidido en el ascensor con un vecino también corredor, como siempre nos hemos preguntado sobre las carreras que estábamos preparando y en una conversación de menos de dos minutos hemos nombrado tres de las diez carreras anteriores. Lo que me reafirma en mi objetivo de terminar estos diez 10.000 madrileños.

lunes, 1 de octubre de 2012

A la toma del centro de Madrid

“Madrid corre por Madrid” sería otra prueba de 10 km, de las muchas que tienen lugar casi todos los domingos en Madrid, sino fuera por su recorrido. Es una de las pocas carreras, de esta distancia, que transcurre por el centro histórico de Madrid, una oportunidad de correr por en medio de la Gran Vía, cruzar la Puerta del Sol o recorrer en ambos sentidos la milla del arte madrileño.

Los corredores populares, por una vez al año, tomamos las calles más emblemáticas de la ciudad y es una oportunidad que ninguno queremos dejar escapar. El recorrido es bastante exigente, tiene cuestas importantes, y algunas calles del centro son estrechas produciéndose verdaderos tapones, sobretodo si pensamos que este año se ha llegado a los 10.000 corredores.















En esta ocasión no tenía compañía para la carrera, pero la tarde antes me llama mi cuñado, le ha liado uno de nuestros primos para que corra mañana y no ha podido negarse. Me sorprende por que yo llevo todo el verano intentando que se anime a correr alguna carrera conmigo y siempre encontraba una buena excusa. Como ha sido una decisión de última hora no tiene dorsal, por lo que va a  ser un estreno anónimo, pero estoy seguro que no va a ser su última carrera.

El domingo por la mañana paso a recogerle por su casa y nos vamos hacia el Retiro. Me cuesta aparcar, es que llegamos con la hora algo justa y ya hay mucho ambiente de carrera. Por fin soltamos el coche y nos reunimos con nuestro primo. Mi idea inicial era calentar fuerte para salir rápido pero me resulta imposible con mis dos compañeros, parece que vienen de excursión y no hacen más que darle al pico.

Se nos echa la hora encima, son casi las 9:20 cuando nos dirigimos a la salida, creo que somos los últimos. Abandono a mis dos acompañantes para intentar ponerme más cerca de la línea de salida, pero no puedo ni avanzar 10 m, me resigno a tener que adelantar a muchos corredores en los primeros kilómetros.


Km 0.2 - Después de 3 minutos de haber comenzado la carrera consigo cruzar la línea de salida, enciendo el cronometro y me dispongo a correr ligero. Pero sorpresa, nos volvemos a parar sin haber recorrido ni 50 m, ahora recuerdo que el año pasado nos ocurrió lo mismo. No se puede correr y tenemos que volver a andar, la gente se mira perpleja esto no es normal.

El motivo es muy sencillo la Organización ha colocado dos arcos de salida, pero a 200 metros han montado un arco publicitario, formando un embudo tremendo. Además ambos lados del paseo de coches están vallados y no tenemos escapatoria. Tardamos casi 2 min en recorre los primeros 200 m, toda esperanza de hacer una buena marca se ha esfumado.

Podría enfadarme pero decido disfrutar del recorrido y restarle mentalmente al tiempo de mi cronometro los dos minutos perdidos por el “error grave” de la Organización.

Km 0.5 - Comienza de verdad la carrera pero somos una multitud y no puedo coger un buen ritmo, tengo que esquivar demasiada gente, en esta ocasión debo reconocer que el error ha sido mío por colocarme tan atrás.


Salimos del Retiro y las calles se ensanchan, esto me permite subir el ritmo. Normalmente comienzo lento las carreras pero en esta ocasión fuerzo la marcha, quiero probarme un poco y las primeras sensaciones son buenas. Una pequeña subida por O´Donnell hasta Menéndez Pelayo y tomamos la primera gran bajada del recorrido que nos llevara hasta la Plaza de Cibeles.

Km 1 - En el descenso corremos por dentro del túnel que hay bajo la calle de Alcalá, en la entrada se vuelve a producir un tapón y se reduce la velocidad. Pasar por un túnel siempre es un momento distinto de la carrera, la gente silba y grita mientras lo atraviesa y el efecto del eco es espectacular.

A la salida del túnel ya se empieza a ver la Puerta de Alcalá, la rodeamos y nos lanzamos rumbo a la Castellana. En ese momento tenemos una vista espectacular de la carrera, la marea de corredores, este año de color naranja, ocupa toda la calzada y se la ve bajar hasta Cibeles para volver a subir en el lado opuesto por la calle Alcalá.

Km 2 - Comienzo la subida por la Gran Vía, esta es la parte del recorrido que más me gusta. El sol, que a estas horas de la mañana todavía esta bajo, ilumina los edificios a ambos lados de la calle de forma muy similar a la que se muestra en los cuadros de mi admirado Antonio López.

Es la primera gran cuesta que tenemos que superar pero a mí se me hace corta mientras disfruto de la panorámica. He cogido un ritmo muy bueno y voy adelantando a los grupos de corredores sin dificultad, todo un placer.


Km 2.5 - Acaba la subida y giramos a mano izquierda en la Plaza de Callao para tomar la calle Preciados, una vez más el efecto embudo frena mi ritmo. Hay que estar atento al mobiliario urbano sino quieres llevarte un susto, sobre todo con las papeleras que hay en el centro de la calle.

Km 3 - Desembocamos en la Puerta de Sol, este es otro de los puntos más bonitos del recorrido, la gente nos anima formando un pasillo por el que pasamos los corredores. Es el mismo paso que en el Maratón de Madrid y me trae recuerdos muy agradables.

Aunque el hecho de que los primeros corredores de la carrera ya estén cruzando la plaza en sentido contrario en dirección a la meta, me desanima un poco, voy muy retrasado y eso que estoy forzando.

Km 3.5 - Tomamos la calle Arenal, bueno realmente la mayoría del tiempo corro por la acera para evitar corredores y poder mantener mi ritmo, aunque tengo que pegar algún frenazo.

Llegamos a la Plaza de Opera, aquí me encuentro una de las trampas del recorrido que no recordaba del año pasado. Giramos a mano izquierda por la calle de Vergara, es una cuesta corta pero muy empinada, debo exigir a mis piernas para no bajar el buen ritmo que llevo.

Km 4 – Ya estamos en la calle Bailén y aparece la otra trampa del recorrido, nos obligan a meternos por la acera para librar la entrada del subterraneo de la Plaza de Oriente. Sólo está cortado un carril de la calle con unos conos y en esta ocasión el efecto embudo es brutal. Casi nos obliga a pararnos, pero son solo 20 m. y sin llegar a detenernos tomamos la calle Mayor.

Km 4.5 - Otra vez vuelvo a correr por la acera, subiendo y bajando los bordillos y es que a pesar de llevar casi la mitad del recorrido sigo en medio del pelotón y los ritmos de los corredores siguen siendo muy dispares.

En esta zona hay bastantes espectadores pero la verdad es que no animan mucho, mas bien parecen molestos con nosotros por ocupar el espacio público.

Km 5 - Cruzo el arco de los 5 km, he recuperado mucho tiempo desde la salida pero estoy muy lejos de los 4:30 min/km que era mi objetivo.

Cruzamos de nuevo la Puerta del Sol pero ya en dirección a la meta, subimos la Carrera de San Jerónimo y al girar en la calle Sevilla está el avituallamiento. Como siempre bastante caótico, cruces de corredores y mientras los primeros voluntarios no dan abasto para repartir botellas los últimos se quedan con ellas en las manos. Muchos corredores tiran las botellas al suelo en lugar de a los contenedores y la calle se convierte en un campo de minas.


Km 6 - Tomamos la última gran bajada de la carrera, la calle Alcalá hasta la Plaza de Cibeles y después todo el Paseo del Prado hasta Atocha. Este tramo es el más fácil de correr, el grupo se ha estirado y me lanzo a toda velocidad alargando la zancada y disfrutando de la carrera.

Km 8 - Pero cuando cambiamos de sentido en la Plaza de Atocha se vuelven las tornas y la calle se empina. Los primeros kilómetros todavía de forma ligera, pero ya va minando las pocas fuerzas que nos quedan. Giramos en la Plaza de Cibeles para encarar la subida hasta la Puerta de Alcalá que es un rompe piernas y superada esta primera rampa nos quedará la subida hasta la entrada en el Retiro, la gente ya empieza a andar.

Estos tramos los conozco de otras carreras y regulo correctamente, a muy buen ritmo y sin disparar las pulsaciones entro en el parque del Retiro.

Km 9 - Los últimos metros son para disfrutar y aumento el ritmo ya no me dejo nada en la reserva. Acabo en un muy buen tiempo, sobretodo si le resto los 2 minutos de pérdida de la salida, y muy contento porque los entrenamientos de este otoño dan los resultados deseados y voy alcanzando una buena forma.


Por desgracia el verano ha acabado y al final de carrera nos vuelven a dar el soso plátano en lugar de la sabrosa sandía, creo que tendrá que pasar todo un año para volver a disfrutar de ella.

Me voy a esperar a mis acompañantes en el lugar acordado, todavía tardan un rato y aprovecho para estirar. Mientras veo como llegan los últimos corredores, la mayoría andando de charleta, la verdad es que no dan la impresión de tomarse la carrera muy en serio mas bien parece que vayan de paseo matutino por Madrid.

Llegan mis acompañantes, han terminado por debajo de la hora, lo cual es un tiempo estupendo para su preparación. Se han separado en las últimas cuestas pero han hecho todo la carrera juntos y disfrutando del recorrido.

Nos conjuramos para repetir juntos en la Carrera de la Ciencia del próximo mes, hablamos de organizar una quedada de primos aprovechando la carrera, ya veremos en que queda pero al menos parece que mi cuñado se anima a acompañarme en la carrera.

En cuanto a mis sensaciones, mejores de lo que esperaba y la lesión veraniega parece olvidada, aunque me duele todo el cuerpo cada vez que salgo a correr, pero eso debe ser problema de la edad.

Carrera para comenzar la temporada otoñal, disfrutando del maravilloso recorrido tranquilamente y con amigos. La mejora de la marca personal y las pruebas de ritmos dejarlas para otras carreras menos multitudinarias y por calles más anchas.

P.D. Los corredores deberíamos protestar para que los Organizadores de las carreras se lo tomen más en serio, sobretodo teniendo en cuenta la subida de precios en los últimos años. El caos de la salida es muy poco serio, sobretodo teniendo en cuenta que se es reincidente. Y las emboscadas en el trazado de los recorridos son responsabilidad de los que diseñan las carreras, aunque los corredores deberíamos colaborar buscando nuestra posición en el pelotón.