jueves, 26 de mayo de 2016

Viva el Rock & Roll Andaluz

Los jienenses devolvían visita después de la noche de las hogueras para correr en Madrid la prueba de 10 km y ½ Maratón que acompañan a la prueba reina del Maratón Rock & Roll de Madrid. Era la ocasión perfecta para devolverles parte del buen trato que nos dieron cuando visitamos Jaén e intentar que disfrutaran de correr en la capital.

Así el comienzo del fin de semana se adelantó al viernes por la mañana cuando me acerque a buscar todos los dorsales en la feria del corredor. Este año la feria se trasladaba de la Casa de Campo al IFEMA en el Juan Carlos I, para evitar las colas kilométricas en la entrada que se produjeron el año pasado, en esta edición la Organización se lo tomo más en serio y no hubo que esperar para acceder al recinto, al menos el viernes cuando fui yo. Dentro una buena feria con muchos expositores, ningún problema para recoger los dorsales, las camisetas y las bolsas del corredor que cada año traen más publicidad aunque al menos con algún detalle curioso.

Reconozco que no suelo pasear las ferias pero en esta ocasión hice una excepción y di una vuelta por todos los expositores. Estaban presentes casi todos los maratones españoles, pero muy pocos de los internacionales que están dentro de mis próximos objetivos, a cambio varias agencia que organizan viajes a maratones y que es una buena opción aunque algo más cara. Muchos expositores de ropa y alimentación deportiva, enorme como siempre el de Adidas,  y hasta me anime a comprar unos calcetines, de la marca española Hoko para mi próxima aventura por la montaña. Cuando ya me iba y por la insistencia de un chaval de un centro médico acabo participando en el sorteo de una prueba de esfuerzo y sorpresa me ha tocado, así que ya tengo fecha para hacérmela y espero que por fin mi mujer se quede más tranquila.

Pero el fin de semana no había hecho más que empezar, queríamos organizar una comida el sábado para agasajar a los jienenses. Comenzamos por avisar a los que íbamos a participar en la carrera y los que estuvimos en Jaén, total unos 15 comensales. Pero la convocatoria se fue ampliando poco a poco a todos los primos, cada hora que pasaba se juntaban más y más gente, aquello empezaba a parecerse a una boda. Y acabamos por ser 35, tuvimos que anular la reserva del primer restaurante pues ya no tenían capacidad para atendernos, pero al final nos reunimos en un italiano un buen montón de primos con parejas e hijos.


De todos los presentes solo cinco corrían los 10 km y dos la ½ maratón, el resto se apuntaban a la comida pero sin intención de correr ni un solo metro, al final la carrera resulto ser la excusa perfecta para juntarnos los primos que sólo nos vemos en las celebraciones familiares. A pesar del caos de organización hay que reconocer que resulto una comida muy agradable, por supuesto menú de pasta para los que corríamos al día siguiente aunque nos saltáramos la “dieta estricta” con varias cervezas y un delicioso postre. Al final de la comida hago entrega de los dorsales y las bolsas del corredor a los participantes, los productos estrella de la bolsa resultan ser una banda reflectante que todos los enanos quieren y la cinta del pelo que nos probamos todos los presentes, quedando claro que la mitad no podemos salir con ella a la calle sin resultar ridículos.



Final de fiesta con la foto de familia y unas copas en una terraza cercana, aunque nos caigan algunas gotas. La tarde se aprovechó para que los de Jaén fuera al Calderón a sufrir con su Atlético que una vez más gano por la mínima y los chavales se fueran a remar al Retiro y cenar lejos del  control de sus padres. Yo aproveche para volver a casa y descansar para el día siguiente.



Mañana de carrera y hemos quedado en la puerta del Circulo de Bellas Artes, recojo a mi cuñado y con la hora pegada como siempre nos dirigimos a la salida. Conseguimos aparcar bastante cerca de la Plaza de Cibeles, este año soy previsor y lo dejo fuera del recorrido para poder salir cuando terminemos, ya que todavía estará cerrado el circuito para los corredores del maratón.


















Cuando llegamos al punto de encuentro no hay nadie, no hemos llegado tan tarde como para que se hayan ido, miro alrededor y descubro a todo el grupo en la acera de enfrente al solecillo y es que la mañana todavía es fresca. Ya todos juntos bajamos hacia la plaza de Cibeles y la salida de la carrera y aprovechamos para hacer las fotos del grupo.


Ya se nos ha echado la hora encima y los que van a correr la carrera de 10 km se despiden y van rápidamente hacia su cajón de salida. Nos quedamos mi prima, mi cuñado y yo, los únicos valientes que vamos a correr la media maratón. Como todavía nos quedan 30 minutos para que comience nuestra carrera, aprovechamos para ver la salida de los 10 km. Es de las pocas ocasiones en que soy espectador y se ve la carrera de otro modo. Dan la salida y pasan los primeros como alma que lleva el diablo, a partir de ellos el ritmo de los participantes va siendo cada vez más tranquilo hasta que los últimos pasan prácticamente andando. Durante varios minutos pasan corredores sin parar, imposible ver a mis primos entre tanta camiseta morada, suponemos que habrán salido en el grupo.


Ahora nos toca a nosotros y nos dirigimos a nuestro cajón de salida, es el número 3 con un tiempo previsto por debajo de la 1:50. Es complicado cumplir con los objetivos en esta carrera por la gran cantidad de corredores que participamos, se forman tapones sobretodo en la salida y hasta que no se separan las dos distancias no se puede correr fluido. Aunque mi prima venia entrenada y dispuesta a batir su marca personal, la prudencia aconseja que salgamos a disfrutar de la carrera y adaptarnos al ritmo de la marea de corredores sino queremos desesperarnos adelantando a gente a base de acelerones y frenazos.

Ya dentro del cajón aparecen los nervios típicos de la salida, el tiempo se hace largo, hay que esperar a la salida de las handbike, elite ½ maratón, elite maratón y por fin nos toca a nosotros los populares. Ocho minutos para cruzar la línea de salida, sino he superado mi record he estado cerca, pero por fin ya estamos corriendo por la Castellana.


Los primeros metros tienen mucha animación con gente a ambos lados de la carrera, además la mañana todavía fresca es perfecta para correr, todo está de cara para disfrutar de la distancia. Nos mantenemos los tres juntos mientras intentamos encontrar nuestro ritmo, no es fácil entre tanta gente. Mientras vamos avanzando por los carriles centrales ya bajan de vuelta por el lateral los corredores de los 10 km, intentamos ver al resto del equipo pero resulta imposible.

A partir de Nuevos Ministerios la pendiente de la Castellana empieza a notarse algo más, aunque tan frescos como vamos mantenemos un ritmo alegre y relajado por debajo de los 6 min/km. Solo aceleramos algo a la altura del Estadio Santiago Bernabeu, a mi prima que es atlética de pro su cercanía le produce un cierto malestar, debe ser el recuerdo de la final de Lisboa.

Llegamos a Plaza de Castilla y el primer avituallamiento, quizás nos lo hemos tomado con mucha calma y marcamos 29 min en los primeros 5 km, pero vamos disfrutando del espectáculo de corredores y de tener todas las calles para nosotros. Ya tenemos a tiro las cuatro torres de Madrid, es una vista espectacular según nos vamos acercando a ellas. Al otro lado de la Castellana se ve la fila de corredores que ya van de vuelta, rodeamos las torres y volvemos sobre nuestros pasos, ahora podemos ver la marea de corredores que van por detrás nuestro. Todo un espectáculo por la cantidad de corredores.

En la Plaza de Castilla nos encontramos con la primera de las cinco bandas que nos animaran durante el recorrido. Empezamos a oír la música unos metros antes de llegar a su altura, nos venimos arriba al pasar junto a ellos y vamos dejando de oírles mientras nos alejamos, en total unos 10 o 15 segundos de animación que resultan poca cosa pero tampoco hay tiempo para pararse. Espero que los espectadores disfruten más de la entrega de los músicos de lo que lo podemos hacerlo los corredores.

Dejamos por fin la Castellana y tomamos Bravo Murillo y su ligera bajada en dirección a Cuatro Caminos, aprovechamos para subir un poco el ritmo y bajar de los 5:30 min/km. Mi prima parece que va disfrutando de la carrera y aprovecho para hacerles una foto en plena carrera. Me adelanto unos metros y a la segunda oportunidad consigo que no me salga demasiado movida. Llamo a mi casa para saber si van a bajar a animarnos, pero mi hijo está todavía en la cama, por supuesto el no piensa bajar a vernos pasar pero tampoco sabe si su madre ha bajado, prefiero no insistir y colgar antes de que empiece a gritarme por haberle despertado.


Conozco el recorrido y la situación de los avituallamientos de otros años y voy avisando a mi prima cuando se acerca alguno y si solo tiene agua o también isotónico o comida, se sorprende de que me acuerde de todo, pero son cuatro ediciones entre media y maratón completo. Aunque debo confesar que me he repasado el recorrido a conciencia para quedar bien con mi prima.

Llegamos a Cuatro Caminos, se supone que deberían estar mi familia para animar, se lo comento a mi prima y vamos atentos, pero no aparecen. Al final cuando ya estoy a punto de desistir les veo en un lateral de Raimundo Fernandez Villaverde. MI enana y su prima, mi mujer y mi hermana un auténtico equipazo. No puedo por menos que pararme y saludar, le doy a mi enana la botella de isotónico que he cogido en el último avituallamiento, es su premio todos los años por bajar a animarme.

Mi prima no se ha dado cuenta de que estaban y ha tirado para delante igual que mi cuñado. Entre tanta gente les he perdido la pista, acelero un poco mientras les voy buscando pero no quiero adelantarlos sin darme cuenta. La camiseta naranja de mi prima es fácilmente identificable y la alcanzo antes de cruzar por el puente que pasa por encima de la Castellana. Después de una hora de carrera casi hemos vuelto al punto de partida y es que esto de correr para no llegar a ningún sitio no tiene mucho sentido.

Mucha animación en estos últimos kilómetros y es algo que se agradece mucho, ya solo nos queda la mitad del recorrido y aunque bastante relajados en tiempo vamos muy bien de fuerzas. Alcanzamos a mi cuñado a la altura de Francisco Silvela, empieza a quejarse de que tiene flato, estoy convencido de que es una estratagema para que le dejemos correr a su ritmo, pero decidimos tirar hacia delante ya convertidos en pareja.

A partir de este momento vamos subiendo el ritmo gradualmente y corremos ya por debajo de los 5:15 min/km. Tocan dos repechos cortos pero fuertes para subir por Serrano y Ortega y Gasset para tomar Príncipe de Vergara en dirección al Retiro, pero antes debemos despedir a los que continúan el maratón, siempre es un momento especial en donde se intercambian aplausos y ánimos y nos asalta la duda de si seriamos capaces de finalizar los 42 km, pero eso queda para otra edición.

Vamos muy ligeros y es que la primera parte de la carrera ha sido muy relajada, además el recorrido ahora por Príncipe de Vergara es muy favorable. Aunque los jienenses están muy acostumbrados a las cuestas de su ciudad, aviso a mi prima de que reserve algo de fuerzas para las últimas cuestas del recorrido. Pero a pesar de la recomendación la presencia de mucha gente animando y la larga bajada por Menéndez Pelayo nos empuja a lanzarnos y quitamos el freno de mano para disfrutar de unos kilómetros por debajo de los 5 min/km.

Aunque estábamos sobre aviso, la cuesta de Alfonso XII nos hace bajar el ritmo, aun si querer mi prima se queda un poco atrás y es que se le atraganta la subida después de una bajada tan larga. Pero es una auténtica corredora y no cede ni un metro, al final la cuesta relaja algo y volvemos a lanzarnos a por la Puerta de Alcalá, ya solo queda la última cuesta de Alcalá y la entrada triunfal en el Retiro. Desde hace varios kilómetros no hacemos más que adelantar a un montón de corredores que han medido mal sus fuerzas y es que la distancia de media maratón engaña y también tiene muro como el maratón.

La carrera está terminada y solo queda disfrutar de la larga recta de meta y sus interminables arcos de publicidad, da la impresión de que nunca llega la meta. Mi prima llega muy fresca al final y me deja unos metros por detrás antes de cruzar el arco de meta. Solo puedo felicitarla por su carrera y agradecerle la mañana de auténtico disfrute que he pasado un año más corriendo por las calles de Madrid.


Tiempo en la meta 1:57:10, digamos que no nos hemos esforzado a tope pero al menos la segunda parte de la carrera hemos corrido mucho más rápido que los primeros kilómetros. Y por supuesto hemos cumplido con los dos objetivos que nos marcamos en la salida, disfrutar de cada metro de la carrera y que el negro del maratón quedara por detrás nuestro, eso si al final solo le hemos ganado por 15 minutos.

Ya con nuestros “medallones” al cuello y recuperados nos reunimos con mi cuñado que ha entrado unos  minutos por detrás, sufriendo en la última subida pero a ritmo diesel como siempre. La anécdota en meta la protagonizan unos corredores extranjeros que se despelotan a nuestro lado sin ningún reparo para cambiarse de ropa y es que estos guiris no tienen vergüenza. Nos vamos dirigiendo hacia la salida y el consiguiente tapón, esto si es muy español ya que la gente se agolpa en la salida esperando a los conocidos impidiendo que salgamos los que estamos dentro del perímetro de seguridad.

Un paseíto de camino al coche, disfrutando de una mañana primaveral en Madrid, de los estupendos palacetes de la zona y de una luz espectacular que ilumina la ciudad y es que mira que es bonito Madrid. A la altura de la Puerta de Alcalá nos para un periodista para que le demos nuestra opinión sobre la carrera, bueno realmente para a mi prima que es la famosa corredora jienense a nosotros nos entrevista también por compromiso. Su única pregunta es si hemos sufrido en la carrera, hombre siempre se sufre pero en esta ocasión hemos disfrutado muchísimo más de lo que nos ha costado terminar.

Antes de llegar al coche nos cruzamos con los corredores del maratón que suben por la Castellana recorriendo los últimos kilómetros, debo reconocer que me da mucha envidia el subidón que les espera en meta, pero viendo sus caras de sufrimiento al pasar se me quita en seguida la morriña del maratón. Ya por fin subidos en el coche voy dejando a cada uno de mis acompañantes en sus casas y vuelvo a la mía, para encontrarme a mi familia, que en esta ocasión están más efusivos que en las últimas carreras.


Hemos quedado a comer en casa de mi suegro con mis primos jienenses para despedirlos antes de que tomen camino de regreso a Jaén. Es la oportunidad para intercambiar impresiones de la carrera, algunos han sufrido al final y a otros les ha parecido un recorrido fácil comparado con las cuestas jienenses, pero en general casi todos han disfrutado de la  carrera y están dispuestos para próximas quedadas.

Como ocurre siempre alguno se viene arriba y promete apuntarse el año que viene a la ½ maratón, ya veremos en que queda la bravuconería, mientras alguna en cambio le parece perfecto bajar en la siguiente ocasión a la distancia inferior de 5 km y es que sus ampollas en los pies lo piden a gritos. Pero lo peor es que alguien y no quiero señalar al “canalla” ha cometido la desfachatez de tirar la medalla a la basura nada más llegar a su casa, ante el clamor popular y antes de que se produzca un linchamiento no tiene más remedio que recuperarla y mostrarla con el orgullo que se merece.

Mi prima viendo los resultados de la carrera y su posición 126 de 575 en su categoría, promete que el próximo año vuelve a por marca para intentar quedar entre las 25 primeras de su categoría y la veo muy capaz de conseguirlo. Yo en cambio me consuelo con saber que el año que viene paso a categoría Veterano G más de 50, lo que espero me hará subir muchas posiciones en la clasificación de mi categoría.

Al final ha resultado un magnifico fin de semana en donde he juntado a la familia y las carreras en una mezcla a veces complicada pero que en esta ocasión ha resultado perfecta. Espero que haya más oportunidades de hacer kilómetros juntos y el grupo vaya aumentando ya que en esta ocasión se han producido numerosas bajas y es que encajarlo todo es complicado.