domingo, 29 de julio de 2012

De Cala de Mijas al Faro de Calaburras

Me gustan los faros, por eso cuando tengo la oportunidad los utilizo como referencia en mis entrenamientos. Corro hacia ellos, los puedo divisar desde lejos, y según avanzo los pierdo de vista tras una curva o una montaña para volverlos a ver ahora más cerca, por fin llego hasta ellos y giro a su alrededor para volver al lugar de donde partí. 

Faro de Calaburras

Señal luminosa: 1 destello cada 20 segundos. Alcance: 18 millas marinas.

El faro de Calaburras se encuentra en las costas malagueñas, entre Fuengirola y La Cala de Mijas. Es el primer faro de tráfico aéro-marítimo construido en España, actualmente sigue operativo y se utiliza como marca para tomar la dirección en el acceso al Estrecho de Gibraltar.

Parece un faro pequeño y esbelto, pero en realidad es bastante alto, alcanza los 25 m de altura, además es el más importante de toda Málaga, lugar de residencia del farero que controla el funcionamiento del resto de los faros de la provincia.


Está rodeado por casas y sobre la autopista A-7, exactamente en el Km 205, por lo que es fácil que nos crucemos con él mientras viajamos en coche. Separado del mar por la carretera que en esa zona está casi montada sobre el mar, de hecho unos bloques cuadrados de hormigón en la orilla, sirven como rompeolas para protegerla de la fuerza de las olas.

Comparte montículo con una antigua torre de vigilancia y protección de las muchas que jalonan la costa de Málaga, como el faro recibe el nombre de la punta donde esta edificada, Torre de Calaburras. Esto nos demuestra una vez más que las distintas civilizaciones hemos ido asentándonos sobre las anteriores.


Construida en 1575, tiene planta troncocónica de 9 m de diámetro y una altura de 13,4 m. Hasta que dejó de estar operativa disponía de dos cañones y una dotación de tres personas,  para proteger la costa del ataque de los piratas, actualmente está abandonada y reconvertida en palomar natural.


Mi carrera comienza en el pueblo de La Cala de Mijas. Bajo corriendo desde casa y atravieso el pueblo hasta el Torreón, en realidad es una pequeña fortaleza construida en piedra y ladrillo, situada en el centro del pueblo. En sus buenas épocas disponía de varias piezas de artillería pesada y de un pequeño destacamento capaz de defender la playa.

En su base comienza el corto paseo marítimo que bordea la playa y que me conduce hasta el final del pueblo. Muere antes de llegar a la autopista y tenemos que desviarnos un poco hacia el pueblo para poder tomar el camino paralelo a la autopista A-7.


A partir de ese momento ya no hay pérdida, sólo hay que correr sin separarnos de la autopista hasta el faro, es un recorrido aproximadamente de 4 km.

Al principio el camino es un paso de peatones de escasamente un metro de ancho entre el quitamiedos de la carretera y una valla de madera que nos protege de caer por el terraplén que nos separa de las playas que quedan a nuestra derecha.

Un poco más adelante se convierte en una calle de servicio a las urbanizaciones que se han construido entre la autopista y el mar. Tenemos más espacio para correr, podemos optar por la calzada o la acera, en cualquier caso habrá que estar atento a los coches que entran y salen de la autopista.


En todo momento iremos viendo a lo lejos el faro y a nuestra derecha las playas de esta zona. Aunque a veces las casas nos tapan el mar, la mayoría del recorrido esta libre de edificaciones y podemos ir disfrutando de las vistas.

Estas playas son pequeñas calas de arena gruesa entre barreras rocosas, tienen poca afluencia de bañistas, ya que el acceso no es sencillo y cuando se levanta el viento, el mar golpea fuerte por lo que el baño es peligroso. Pero algunos arenales son más grandes con un acceso bien señalizado, aparcamiento y algo más protegidos, hay que destacar un par de ellos:

La playa del “Sheriff”, el viento en esta zona entra paralelo a la costa, lo que ha convertido esta playa en zona de los locos del windsurf y del kitesurf, con sus enormes cometas y velas multicolores. Podemos verles hacer acrobacias y deslizarse a toda velocidad aprovechando las tardes ventosas.


La playa “Naturista”, lo que antes se llamaba nudista pero que ahora resulta políticamente incorrecto. No tiene mucha afluencia, siempre pienso porque en estas playas la mayoría de los bañistas son hombres de mediana edad ya entrados en carnes. Seguro que en las costas de más glamour los parroquianos son distintos, tendré que visitar las de Ibiza o las islas griegas.


El camino en algunos tramos se vuelve agreste y la vegetación crece muy pegada al camino siendo la única protección para no caer al terraplén, en otros volveremos a circular por las aceras de las casas y urbanizaciones. Hay algunos miradores y zonas de descanso por si decidimos hacer una paradita.

Durante nuestra carrera podemos cruzarnos con los mercantes y ferris navegando por el mar, ya que en esta zona el tráfico marítimo es constante. Los que navegan más alejados de la costa van rumbo a África, generalmente a Ceuta, y los más pegados a costa van o vienen del Estrecho de Gibraltar.


Cuando llegamos a la altura del faro podemos continuar nuestro recorrido paralelo a la carretera camino de Fuengirola o cruzar la autopista hacia la Punta de Calaburras y acercarnos a la torre y el faro. Yo elijo en función de la distancia que quiera correr.

Si tomamos dirección a Calaburras, solo debemos seguir las indicaciones que hay en las calles de las urbanizaciones que rodean al faro. Hay de dos tipos las que nos marcan la dirección a seguir hacia la torre y las que nos indican que por ese camino no se llega al faro.

Es un poco laberinto pero siguiendo las indicaciones, podemos llegar hasta la base de la Torre de Calaburras. Está encerrada en el fondo de una calle de acceso a unos chalets, que le han comido el terreno a la antigua edificación. La cuesta final es muy pronunciada pero corta y la torre aunque deteriorada merece la visita.


En cambio al faro no se puede acceder, nos tendremos que contentar con verlo de lejos, pues está rodeado de casas particulares que no nos permiten acercarnos y por supuesto el camino de entrada tiene una verja bien cerrada.

Si decidimos seguir hacia Fuengirola podemos seguir haciendo kilómetros por el mismo camino paralelos a la autopista, hasta que decidamos que es suficiente, entonces solo tendremos que dar la vuelta y volver sobre nuestros pasos. Este tramo del camino es claramente en bajada, por lo tanto cuidadín que luego hay que volver cuesta arriba.

Aunque parezca mentira es un camino bastante concurrido ya que es la vía de acceso desde las urbanizaciones al pueblo. Y es fácil cruzarse con corredores, ciclista o gente que simplemente pasea solos o en pareja.


No es un recorrido exigente, es prácticamente llano y recto. Únicamente tener que subir y bajar de las aceras y esquivar los quitamiedos y las farolas en algunos tramos, además de compartir paso en las zonas estrechas, nos obliga a prestar atención, mientras tanto podemos disfrutar de la vista del mar.

Es cierto que el ruido y el humo no es lo que deseamos cuando nos ponemos a correr, y los coches y camiones que pasan a toda velocidad, no son la mejor compañía. Pero los que corremos diariamente por Madrid estamos acostumbrados y el correr tan pegados al mar sin ir por la playa no es algo habitual.

Hay que intentar aprovechar la primera hora de la mañana durante el verano para evitar el calor, ya que en todo el recorrido solo encontraremos la sombra de alguna tapia. Al atardecer también es una buena oportunidad, pero siempre con luz natural, cuando la noche cae el camino tiene tramos poco iluminados y los faros de los coches nos deslumbraran.

El viento es otro factor a tener en cuenta, en muchos tramos no existe protección y puede ser fuerte. En la mayoría de los días cuando corramos hacia el faro nos entrara por la espalda, pero durante la vuelta hacia La Cala será de cara y nos obliga a un esfuerzo adicional y a agarrar bien las gorras.

Existe la posibilidad de correr por la playa, pero no es muy cómodo ya que en esta zona la arena es muy gruesa y poco compacta por lo que nos hundiremos en cada zancada. La franja de arena mojada es muy estrecha y con mucha inclinación.


No podremos realizar el recorrido completo por la playa, ya que hay varios pasos en donde esta desparece y el mar golpea directamente contra las rocas, para continuar tendremos que pasar escalando o subiendo al camino de la autopista.

Si os animáis a hacer el recorrido atentos a las curiosidades de alguna de las casas, sobretodo a destacar la superestructura del buque que han plantado en uno de los jardines y las “maravillosas” esculturas de seudo bronce, a mí me encanta el carro con el guerrero griego tirado por dos caballos, pero la colección del toro, las garzas y la fuente del rey Neptuno con tridente que se despliega por el jardín de la casa pegada al faro es de un gusto exquisito.

miércoles, 25 de julio de 2012

Las tres grandes medias

Si a cualquier aficionado a la bicicleta le preguntamos cual son las tres grandes pruebas de ciclismo en ruta creo que ninguno tendrá la menor duda en nombrar el Tour, el Giro y la Vuelta.

Sin embargo si preguntamos a un corredor popular madrileño cuales son las tres grandes medias de la Comunidad de Madrid, creo que le costará elegir tres y las respuestas en la mayoría de los casos no coincidirán.

Si sacamos del concurso la Media de Madrid, difícilmente comparable con el resto, por ser la más multitudinaria no sólo de la Comunidad sino de toda España. Y es que aunque a muchos no les gusten las aglomeraciones, la experiencia de correr con otros 18.000 corredores, como nos ocurrió en la última edición del 2012, creo que es difícil de explicar y sólo podrá ser superada por correr en la próxima edición en 2013, donde seguro se superará este record.

Si además limitamos las opciones a aquellas que se corren sobre asfalto, dejando por tanto fuera todas las que se denominan de montaña.

Pensando en las "medias"

Podríamos pedirles que eligieran en función de su recorrido y aun así creo que no seríamos capaces de ponernos de acuerdo. A algunos les gusta correr por dentro de las ciudades o visitando los lugares emblemáticos, pero otros prefieren las zonas verdes o entornos más naturales.

Si la elección dependiera del objetivo a conseguir en la carrera, tampoco creo que coincidiéramos. Algunos buscarán mejorar sus marcas y optaran por recorridos llanos, otros desean correr a ritmos tranquilos con el único objetivo de terminar y preferirán las medias más familiares y algunos atrevidos buscaran probar sus fuerzas enfrentándose a carreras exigentes.

Sólo si les preguntamos cuales son las tres más duras, creo que podemos afirmar que la gran mayoría coincidirán en elegir las del Escorial, Fuencarral y Villalba.

La Media del Escorial

Si duda es la más dura de las tres, la subida al Monte Abantos es su sello de identidad, pero el resto del recorrido, con continuos toboganes, es muy exigente, hasta para el corredor más preparado. Sus fuertes pendientes hacen que algunos corredores la describan como una carrera de montaña que se corre sobre asfalto.

Es una de las carreras más familiares de toda la Comunidad, ya que su participación esta limitada a 500 corredores y la gente del Escorial se vuelca con el evento, casi se puede decir que hay tantos corredores como miembros de la organización.

Tiene lugar en la primera semana del mes de Junio por lo que la mayoría de los años el calor ha sido un factor a tener en cuenta. La gran altitud durante todo el recorrido, con un mínimo de 940 m y un máximo por encima de los 1300 m, puede afectar a los que corremos en altitudes más bajas la mayoría del año.

Mezclar durante el recorrido el paseo por la montaña y las vistas espectaculares de Madrid, con la visita a un monumento tan característico como el Monasterio del Escorial y las calles adoquinadas del centro del pueblo, es otro de sus alicientes.

La Media de Fuencarral

No sólo es la más longeva de las tres sino una de las más antiguas de la Comunidad, el año pasado celebró su 28 edición. Su mayor encanto es que transcurre por el Monte del Pardo, una de las zonas de entrenamiento de muchos de los corredores madrileños y un precioso paraje de encinas y jara.

Se realiza a mediados de Febrero por lo que debemos tener en cuenta que nos enfrentaremos a temperaturas bajas lo que hará  que la prueba sea aun más dura, en ciertos tramos podemos encontrarnos hielo en la calzada lo que ha generado más de un disgusto.

Es una carrera que debemos correr con mucha cabeza, pues es engañosa. La primera parte hasta el Km 7 es en claro descenso y anima a acelerar el paso lo que pagaremos en el último tramo del recorrido.

Una vez que entramos en el Monte del Pardo, nos enfrentaremos a una larga recta ascendente que empezará a minar nuestras fuerzas y que termina cuando giramos a la derecha, justo en la rotonda de acceso al Palacio del Pardo.

A partir de ese momento comienza la carrera de verdad, una cuesta de más de 4 Km demoledora, con un descenso muy rápido para enfrentarnos a un final de 3 Km en subida, otra vez durísima, antes de entrar en la pista de atletismo.

Todos los años se especula con su desaparición por lo que aconsejo a todos los interesados en correrla que no esperen demasiado, no vaya a ser que un año se cumpla la amenaza.

La Media de Villalba

Más conocida por la Tragamillas, es la más joven de las tres, la de este año 2012 ha sido la 6 edición, y la ilusión de la Organización compensa con creces cualquier falta de experiencia.

Su perfil se aleja mucho de las exigentes cuestas de las otras dos, quizás ni siquiera podamos decir que su altimetría supera a la Media de Madrid, pero hay dos características que la convierten en una media muy dura, digna de estar en este ranking.

Es un circuito mixto, mezcla los tramos de asfalto y tierra. El cambio de superficie obliga a cambiar nuestra zancada y a un esfuerzo adicional de nuestras piernas. Además teniendo en cuenta que se realiza en el mes de Marzo, podemos encontrarnos con que la lluvia ha convertido algunos tramos en barrizales.

Y por otra parte no tiene grandes cuestas, pero todo el recorrido esta lleno de repechos que aunque cortos son de una gran dureza, es como si se corriera sobre los dientes de una sierra. No existen bajadas largas o tramos llanos que nos permitan recuperar las fuerzas.

De las tres medias quizás sea la que tenga mayor presencia de público en todo el recorrido ya que transcurre por dentro del pueblo, mientras que las otras dos transitan en su mayor parte por zonas fuera de los cascos urbanos.

A continuación os dejo una comparativa de las altimetrias, realmente indica la variación de altitud no la altitud real, de las tres grandes medias con la de Madrid, para que os hagais una idea de la dureza.



Completar las tres medias se ha convertido en uno de mis objetivos como corredor, este reto casi esta cumplido ya que este año 2012 he terminado tanto la de Fuencarral como la del Escorial.

Para el año que viene ya he marcado en el calendario la Media de Villalba, por lo tanto ya estoy buscando retos similares fuera de la Comunidad de Madrid, me han comentado de la Media de Segovia y la de la Reconquista que sube hasta el Santuario de Covadonga.

miércoles, 11 de julio de 2012

De los Rolling Stones al Rock in Río

El Sábado pasado mi hijo me llevó al festival Rock in Río de Madrid y digo bien me llevó porque me ha estado insistiendo los últimos meses en que él tenía que ir a este concierto, parecía una cuestión de vida o muerte. Yo como soy unos de esos padres blandos que conceden todos los caprichos a sus hijos, compré dos entradas.

Tanto interés era porque actuaba su banda de referencia los Red Hot Chili Peppers, tiene su música en CD, en el IPOD, en el ordenador, en el móvil y ahora también ha aprendido a tocar algunas de sus canciones con la guitarra eléctrica.


Reconozco que a mi lo que me gusta es el Pop Español y la Zarzuela, haciendo memoria la última vez que estuve a un macro concierto fue para ver a los Rolling Stones en el Calderón en 1990. Realmente no es que me gustara su música fui porque se comentaba que era la última vez que se juntaban para tocar, aunque después de aquella gira creo que han vuelto al menos un par de veces más por Madrid.

En el trayecto en coche hasta las instalaciones de la Ciudad del Rock me va poniendo al día sobre el grupo que vamos a ver, me entero de que es una banda americana fundada en Los Ángeles hace 30 años, es decir que al final son más de mi quinta que de la suya, la música que  tocan es “punk funk”, esto me lo aclara todo.
 
 
El guitarrista original, que murió de sobredosis, fue reemplazado por su ídolo John Frusciante, que también estuvo recluido durante 5 años en su casa por su adicción a la heroína y ahora se ha ido definitivamente del grupo. Me confiesa que el bajo y el vocalista han salido desnudos al escenario en algún concierto.

¡¡ Estupendo !! ¡¡ El modelo de conducta ideal para un adolescente !!

Empiezo a preguntarme si hice bien en dejar que los Reyes Magos le regalaran una guitarra eléctrica.

Ya llegamos y podemos ver el escenario desde la carretera, pero todavía tendremos que dar una buena vuelta para acceder al parking, solo los VIPS y los autobuses puedan llegar a la puerta del recinto. Nosotros aparcamos bastante lejos y por la cantidad de coches creo que no somos los primeros.

Ahora nos toca hacer las colas, la primera para que nos cacheen, la siguiente para que controlen la entrada y por fin para entrar en el recinto. Una listilla le hace la gracia al enano comentándole que hoy no actúa Justin Bieber, o no se entera del vacile o no quiere enterarse pues se lo toma bastante bien, después de lo que ha peleado por que le trajera siempre tiene que haber alguien tocando las narices.
 

Nos hacemos la típica foto en la entrada con el logo gigante y vamos directamente a comprar la camiseta de los Red Hot. Sólo tiene prohibido por su madre que tenga calaveras, al final se decide por una gris con los títulos de varias canciones en el pecho y el logo del grupo en el brazo, el chaval tiene buen gusto.

Ya con el disfraz completo aprovechamos para dar una vuelta. Para el que no la conozca la famosa Ciudad del Rock es una explanada en medio del campo con algún arbolito y muchas fuentes para refrescarse, pero muy bien pensada, suficientemente amplia como para que las 55.000 personas que estamos esa noche no nos molestemos.

Tiene varios escenarios,  el principal es el Escenario Mundo situado al fondo y en lado opuesto el Escenario Electrónico y el de Street Dance, entre ambos una ladera con césped artificial para tumbarse y ver tranquilamente los conciertos. Como entretenimiento adicional hay una noria y una tirolina pero están cerradas durante los conciertos y en ambos laterales los restaurantes, stands de los patrocinadores y la zona VIP.


Tomamos una hamburguesa, por cierto buenísima, sentados en la ladera mientras terminan de tocar los Gogol Bordello, no sabemos muy  bien en que idioma cantan porque no entendemos nada aunque suenan muy animados.

Nos acercarnos al escenario y tomamos posiciones como a unos 100 metros mientras comienzan a tocar los Incubus, ya es una zona poblada pero todavía bastante despejada. La gente empieza a animarse y la verdad es que suenan bastante bien, el cantante le pone muchas ganas y tiene todo el protagonismo del grupo, de hecho es el único que sale en las pantallas gigantes parece que el presupuesto sólo llega para una cámara.

Termina el concierto y aprovechando el cambio de grupo y que la gente que está delante se mueve, nos acercarnos todo lo que podemos al escenario. Conseguimos avanzar y colocarnos a unos 60 metros del escenario. Ya no hay quien se mueva, pero se ve bastante bien y supongo que se oirá mejor.
 

El enano está encantado aunque por su altura no vea parte del escenario, se queja del calor, de la peste a cerveza y del olor del “tabaco” de los vecinos pero se le olvida en cuanto comienza la música y salen sus ídolos al escenario.

La verdad es que los tíos tienen mucha marcha y suena "fuerte y claro", la gente conoce las canciones y desde el principio empiezan a saltar y bailar, nosotros tenemos que seguirles ya que es imposible oponerse al movimiento de la masa humana.

Mirando a mi alrededor compruebo que la fauna es de lo más variopinta, a nuestro alrededor tenemos especímenes muy interesantes:

El Novio Guardaespaldas, con la cabeza rapada y cuerpo de gimnasio, su única obsesión es proteger a su chica de los empujones, sólo de vez en cuando se deja llevar por la música levantando un brazo.

Las Amigas Intimas, en este caso son tres y cuando una se va a buscar bebida por que no aguanta más, las otras dos la despellejan sin ningún pudor, pero en cuanto vuelve todo son sonrisitas y buen rollo.

La Histérica, yo creía que el movimiento fan no era aplicable a los grupos modernos, pero viendo los episodios de histeria y epilepsia en que entra esta chica cada vez que comienza una nueva canción empiezo a pensar que estaba equivocado.

Los Viejos Rockeros, aunque no siempre por su edad son verdaderos amantes del rock mas clásico, se caracterizan por llevar camisetas de los Rolling Stone o los Ramones y comentar sobre los conciertos en que han estado.

La Gente Guapa, sean chicos o chicas van impecables hasta en mitad de la vorágine de un concierto de este tipo. Ellos visten sus camisas de marca y siempre perfectamente repeinados, y ellas con sus modelitos minifalderos subidas en sus tacones o con sandalias chapoteando en la cerveza del suelo.

Y por último Los Padres con Hijo Adolescente donde nos incluimos nosotros, el chaval encantado pero pasando vergüenza cuando el padre le pregunta una y otra vez si lo está pasando bien y si ve el escenario o mientras su padre intenta seguir a la multitud con sus movimientos de baile de los años 80.

Sobre el escenario un verdadero show, los componentes del grupo no paran ni un solo momento manteniendo a la gente siempre excitada y haciendo guiños permanentes al público, soltando sus frasecitas en español, provocando con sus gestos o metiéndose un lingotazo de ginebra entre canción y canción. Para rematar el batería sale luciendo la camiseta de la selección española para delirio del personal.


Comentario a parte merece el bajo, lo que es capaz de hacer con sólo cuatro cuerdas es increíble, pero además es el alma del espectáculo con sus muecas, ejercicios circenses, saltando por encima de los altavoces o agitándose compulsivamente solo o formando pareja con el vocalista o el guitarra.

Aunque me pese debo darles la razón a mi hijo y a todos los que me lo habían comentado ante de venir al concierto, las canciones de los “Red” son francamente buenas y originales, es más descubro que algunas me son conocidas por que las tengo en el MP3 y las oigo mientras corro.

Después de un bis y casi dos horas de concierto finaliza con fuegos artificiales. La masa se disuelve y podemos movernos. Todos encantados del espectáculo sobre todo mi hijo, como será que me da las gracias más de cinco veces seguidas por traerle.

Son las tres de la mañana y mientras volvemos a casa el enano se duerme, está reventado, reconozco que yo también estoy agotado quizás algo más que si hubiera corrido un 10.000 pero no tanto como después de una media maratón.

P.D. Un suspenso para el público, sé que es un concierto de rock y admito que cerca del escenario los vasos y la comida se tiren al suelo, pero no puedo entender que la ladera acabe también llena de porquería, tan difícil es tirar la caja de pizza o la bandeja de la hamburguesa a la basura.

miércoles, 4 de julio de 2012

La media de El Escorial para los amantes de las cuestas

Los organizadores de esta media maratón la anuncian como la más dura de la Comunidad de Madrid y puedo afirmar que su fama es cierta, ya no solo por sus 5 km de fuerte subida al Monte Abantos, que ya sería suficiente para ganarse la reputación, sino porque el recorrido de sus 21.097 m se asemeja a una montaña rusa con continuas subidas y bajadas, que no permite al corredor ni un momento de recuperación.

No es una carrera cómoda en ningún momento y es difícil reservar fuerzas, ya que en las subidas no puedes escatimar esfuerzos y los fuertes descensos crean muchas dudas, yo suelo optar por retener para recuperar pero descubro que hay músculos en mis piernas que normalmente no trabajo mucho y entonces me lanzo en la bajada aprovechando la gravedad y es cuando compruebo que me falta entrenar más mi técnica y mi valor, en cualquiera de los dos casos las bajadas pronunciadas obligan a exprimirse a tope.













Un domingo más me toca madrugar para poder llegar con tiempo a la carrera, y como me ocurre siempre que tengo una carrera dura los astros se alían contra mí y aunque llevaba mas de un mes sin ninguna celebración especial este fin de semana me han coincidido dos cumpleaños el Viernes y el Sábado por la noche y he cometido algunos “excesos” además de dormir poco, por eso cuando ha sonado el despertador he pensado en darme la vuelta y seguir durmiendo pero siempre me puede la ilusión de las carreras.

Al acercarme al Escorial empiezo a reconocer el Monte Abantos, subirlo es el motivo por el que me apunte a esta carrera, parece que me sonríe con ironía como diciendo te estoy esperando y yo acepto el reto.

Nada más entrar en el pueblo de San Lorenzo empiezo a ver a corredores y es que es fácil reconocernos, creo que me he pasado y pregunto a uno de ellos que en seguida me indica que de la vuelta ya que era en la rotonda que acabo de pasar y es que a diferencia de las multitudinarias carreras de la capital, no hay aglomeraciones de hecho casi aparco debajo del arco de salida.

Recoger el chip y dejar la mochila en el guardarropa es rápido, aunque antes de dejar las cosas he tenido la precaución de volverme a echarme crema protectora porque parece que va a apretar el sol y no quiero acabar como un cangrejo. Empiezo a calentar sin prisas pero veo que otros corredores se lo toman todavía con más calma porque hay una terraza al lado de la salida y esta llena de corredores desayunando mientras toman el sol.

Ha llegado el momento y me coloco en la parte de atrás de la salida para evitar molestar, bueno realmente para poder protestar después por que la gente se coloca mal en la salida, pero esta carrera es distinta y ni siquiera hay problemas en la salida, no tengo que correr en zigzag para esquivar a nadie en los primeros metros y ya desde el primer momento puedo coger mi ritmo.

Desde el principio, la carrera deja clara sus intenciones, por supuesto la línea de salida esta situada en subida y en los primeros metros ya aparece una cuesta importante con su correspondiente descenso pero no hay problemas voy sobrado de fuerzas. Después de volver a cruzar frente a la salida tomamos la carretera del Escorial a Guadarrama, es una de las pocas zonas de la carrera llanas que permite llevar un ritmo cómodo y el grupo de corredores nos mantenemos unidos.


Pero pronto llega el kilómetro 3 y comienza la subida a Abantos, las conversaciones relajadas que había en el grupo hasta ese momento desaparecen y todos apretamos los dientes y nos preparamos para gestionar la subida. No hay ni preámbulos ni presentaciones previas, me encuentro con la subida nada mas girar a la izquierda, la carretera se empina y me obliga a bajar el ritmo sino lo hago voluntariamente se que la cuesta lo hará por mi.

Los primeros 2 km de subida transcurre a través de un pinar que protege del calor que ya empieza a apretar y las cuestas iniciales me resultan “cómodas” por lo que consigo un buen ritmo de subida que me permite ir pasando corredores que han optado por un ritmo más relajado.



Y llego al km 5 donde salimos del pinar y puedo visualizar lo que me queda, no puedo decir que sea una visión alentadora, la carretera dibuja varias S seguidas con una inclinación importante, parece la subida a uno de esos puertos míticos del Tour. Pero no estoy dispuesto a que eso me desaliente y sigo manteniendo mi ritmo, algunos corredores han optado por parar y subir andando y no voy a negar que a mi también se me pasa por la cabeza pero uno de mis objetivos en esta carrera es correrla entera.

Según vamos subiendo tenemos una vista impresionante de Madrid, sobretodo se reconocen las cuatro torres de la Castellana y también del Embalse de Valmayor, el segundo más grande de la Comunidad de Madrid y uno de los pocos navegables en el que alguna vez he estado haciendo windsurf, aunque me resulta difícil disfrutar de las vistas mientras subo corriendo el Abantos.

Cada vez que me acerco a una de las curvas de herradura que conforman la subida me surge la misma duda interior o exterior, quiero decir por dentro recorro menos metros pero la pendiente es mayor, si me abro la pendiente disminuye pero tengo que dar más zancadas, según voy subiendo me decanto por el interior en un inútil esfuerzo por terminar antes la subida.

Ya puedo visualizar el final de la cuesta y eso me anima a no bajar el ritmo, giro la cabeza para ver la procesión de corredores que vienen por detrás, ya no existe un grupo formado sino que van subiendo en fila india cada uno a su ritmo, no es una visión habitual en una carrera popular.

Por fin la subida, aunque no termina, se relaja, hasta hay un pequeño descenso antes de atacar la última subida. La carretera que hasta ese momento estaba perfectamente asfaltada ahora se vuelve descarnada y tengo que prestar más atención en donde piso para no tener un traspiés. Recupera la respiración que en los últimos tramos de subida ha sido más un jadeo, intentando tomar todo el aire que pudiera.

La subida a Abantos que termina en el km 10 nos ha puesto a cada corredor en su posición dentro de la carrera, de aquí a la meta prácticamente no adelantare ninguna posición y correré siempre con los mismos compañeros, pues aunque pueda pasar a alguno en las subidas un poco después me volverán a pasar bajando, parece que juguemos al gato y al ratón.


Comienza la bajada y las mismas pendientes que antes nos impedían subir a la cima del Abantos ahora nos empujan para que nos larguemos pronto, en alguna curva cerrada no hay forma de frenar y hay que dejarse llevar como si nos deslizáramos por un tobogán.

Es el momento de los valientes y me pasan algunos corredores que bajan a grandes zancadas casi saltando, con los brazos muy abiertos para equilibrarse, intento imitarles durante unos metros y hasta consigo bajar alguna rampa a una velocidad más que aceptable pero no estoy tan fuerte y el esfuerzo me hace desistir, opto por reservar fuerzas pues no hemos llegado todavía a la mitad del recorrido y se que quedan muchos toboganes.

Por esta ladera del Abantos el descenso transcurre otra vez a través de un pinar que impide ver el pueblo que se supone que esta abajo, pero en alguna curva podemos ver el monasterio desde una perspectiva magnifica, aunque no conviene despistarse de la carretera pues bajamos muy deprisa.

A partir del km 13 la pendiente disminuye y me permite recuperar un poco, aunque las piernas me duelen y creo que se me va a hacer mas larga de lo que esperaba. Con este pensamiento en la cabeza la carrera retoma su dureza con una cuesta escondida tras un giro ciego a mano derecha que nos rompe a todos el ritmo, pero compruebo que mis compañeros tampoco están muy sobrados pues soy de los primeros en recuperar el ritmo, incluso algunos se paran aunque creo que es su táctica porque en cuanto superamos la cuesta y comienza el descenso me vuelven a adelantar.

En este tramo la carrera se vuelve aburrida transcurre por una zona de chales y corremos girando ahora a la derecha ahora a la izquierda, luego cuesta arriba y un poco más adelante cuesta abajo, la idea es que no tengamos ni un momento de descanso. El calor se empieza a notar y se agradece el apoyo de algunos espectadores que desde sus casas con las mangueras nos riegan para refrescarnos.

Al final aparecemos a espaldas del Monasterio del Escorial, ahora corremos por la acera y vamos rodeando todo el monasterio, la verdad es que es una mole impresionante y es que antes las cosas se hacían para durar toda la vida.

Aprovechando el tramo llano cojo algo de ritmo y alargo la zancada, pero todavía me espera la última sorpresa, tomamos la calle del Rey que transcurre por medio del pueblo y el asfalto se cambia por un adoquinado y la carrera vuelve a empinarse. Al menos la gente que esta de paseo por el pueblo nos anima y a mitad de subida esta el avituallamiento, tomo agua de un chavalin de no más de 5 años al que le agradezco la ayuda.

La cuesta gira a la derecha y todavía aumenta más la dureza y en ese momento las fuerzas me fallan, por primera vez bajo la cabeza y subo la cuesta mirando al suelo y a mis pies, no puedo seguir las recomendaciones del manual del buen corredor que dice claramente que las cuestas se suben bien estirado y siempre mirando al fondo, bueno también dice que siempre que se pueda.

El ritmo baja y baja y ya casi estoy en modo supervivencia, pero la cuesta se acaba y puedo recuperar algo de ritmo, a partir de este momento decido que lo importante es llegar sin desfallecer y opto por reservar fuerzas.

Ya hemos pasado el km 18 y poco a poco recupero, hasta consigo entablar conversación con un compañero que va mucho mas fresco que yo. Al pasar comenta que en esta carrera no se disfruta hasta que se pasa la meta, yo solo puedo contestarle que como haya otra cuesta más me revientan y para mi desgracia me confirma mis peores temores, que no hay una sino dos, eso si me intenta animar diciendo que son cortas y con menor pendiente.

El continúa a su ritmo y yo me dispongo a terminar por todo lo alto, como despedida me deja el lema que lleva en la espalda de su camiseta:

En los entrenamientos se ganan las medallas
En las carreras se disfruta

Afronto el último tramo de la carrera con otro animo y hasta lo “disfruto”, ni las cuestas eran tan fieras ni mis fuerzas me habían abandonado por completo solo se habían tomado unas vacaciones pasajeras, para esto sirven los entrenamientos. Llego “sobrado” a la meta feliz de terminar la media más dura de Madrid y con los deberes hechos, he corrido toda la carrera y el tiempo es mucho mejor de lo que planifique, una carrera redonda.


Una vez que me recupero del esfuerzo final disfruto de la pos carrera, en eso hay que darle un 10 a la organización, bebida isotónica y cerveza bien fría, pero sobretodo barra libre de sandía. Ataco una rodaja de sandía y luego otra y otra más, tengo que parar un poco para no atragantarme, tomo aire, recupero, estiro y vuelvo al ataque de la sandía, y es que es una gozada esta buenísima y refrescante.

¡¡Abajo el plátano!! ¡¡ La sandía al poder!!

Recojo la camiseta de la carrera que es muy original, el dibujo es obra de un niño que ha ganado el concurso organizado entre los colegios del Escorial, me parece una idea genial, estoy un poco aburrido de ir haciendo publicidad gratuita a los patrocinadores durante los entrenamientos, esta me la pondré sin problemas.



 
Ya fresco despues de ducharme en las instalaciones del polideportivo, esta es otra de las ventajas de esta carrera frente a las de la capital que acaban en nuestro querido Retiro, me quedo a la entrega de los premios. Estamos en familia y van subiendo al podio las distintas categorías, quizás podamos echar de menos el glamour de los corredores de élite, pero cualquiera que pueda acabar esta media maratón en menos de una hora y veinticinco minutos como han hecho los diez primeros de la clasificación tiene un merito tremendo, además mola que sus nombres sean pronunciables y mucho mas familiares que los de los keniatas y marroquíes que monopolizan los primeros puestos en las carreras más mediáticas y multitudinarias.

Solo puedo animaros a todos que sufráis y disfrutéis de esta carrera, pero cuidadin si una media necesita una buena preparación para esta será necesaria un poquito más, eso si una vez terminada ya no tendréis miedo a las cuestas es mas a lo mejor hasta le pilláis el gustillo, como me ha pasado a mi y volvéis a repetir.