martes, 18 de junio de 2013

Dejandome llevar por la corriente de agua

Esta es una de las grandes clásicas de la capital y ha alcanzado su 34 edición. Aunque desde hace varios años la organización ya no depende del Canal de Isabel II, mantiene su salida y llegada, en sus dos depósitos de agua de Plaza de Castilla y el Parque de Santander, como auténticos símbolos de la carrera y su nombre de "carrera del agua".

En los últimos años el recorrido ha cambiado en cada edición, pero siempre manteniendo la larga bajada por la calle Bravo Murillo, desde Plaza de Castilla hasta Cuatro Caminos, este tramo es el gran referente de la carrera. El resto del recorrido para completar los 10 km varía cada edición aunque suele mantener un tramo de subida por la Castellana.

Lo más característico de la carrera es su altimetría claramente favorable, prácticamente en bajada la mayoría del recorrido, únicamente se puede hablar de esfuerzo cuando hay que subir el tramo de la Castellana, pero son sólo un par de kilómetros. Esto hace que la velocidad sea alta y podamos buscar buenas marcas con “poco esfuerzo”.

















He quedado con mi cuñado para ir juntos en metro hasta la Plaza de Castilla donde empieza la carrera. Ya desde que salgo de mi casa me cruzo con corredores que van trotando por la calle Bravo Murillo hacia la salida, son un par de kilómetros de calentamiento. En el metro los vagones van completos por los corredores, aunque ya son varias mis participaciones en las carreras populares madrileñas, sigue sorprendiéndome de donde salimos tantos corredores.

Voy descubriendo entre los pasajeros a muchos de los “clásicos de las carreras” que he ido conociendo en los últimos años. Sentados en frente viajan una pareja de novios, ella le mira resignada, en realidad sólo corre por la insistencia de su pareja en que le acompañe, y a él le sale la vena proteccionista y le repite una y otra vez que va a ir a su ritmo que lo importante es llegar. Al lado nuestro va un corredor que no puede negar que lo suyo es el triatlón sus piernas de ciclista le delatan y también unas zapatillas muy llamativas con cordones de cierre rápido. Escucho la conversación de un grupo de amigos corredores, siempre es una mezcla de pique entre ellos y excusas para cubrir un posible fracaso, la típica “llevo sin poder entrenar las últimas semanas” junto a la muy utilizada “arrastro una lesión”, pero siempre seguido de previsiones de paso por kilómetros que a mi me alucinan, hablan con normalidad de correr los primeros kilómetros por debajo de los 4 minutos para reservar y atacar en los últimos kilómetros y estar cerca de los 35 minutos en la meta. También nos acompaña algún corredor veterano que se sonríe al comprobar nuestro nerviosismo, ellos siempre parecen tranquilos están curtidos en mil batallas pero si te fijas un poco mas siempre descubres algún detalle que delata que intentan disimular el  gusanillo de la carrera.


En esta ocasión había conseguido reclutar un gran equipo entre los compañeros de la oficina. Pero al final sólo tres han llegado a la línea de salida mientras que los demás se han quedado en el camino. Poniendo como excusa celebraciones familiares, lesiones fantasmas o falta de entrenamiento para ocultar el miedo escénico.

Entre los valientes que se enfrentan a los 10 km, está la gacela soriana en su afán de reventar todas las marcas de la empresa, y dos novatillos a los que ya he engañado en ocasiones anteriores para cubrir la distancia, por lo que no se estrenan, pero a los que no he conseguido enganchar al friqui mundo de los runners.

Llegamos a donde hemos quedado con el resto del equipo, ya están allí dos de nuestros acompañantes y la mujer de uno de ellos, ella si que tiene merito se ha levantado un domingo para acompañarnos y animarnos en nuestra pequeña aventura. Sólo nos falta el isleño que llega tarde. Cuando ya le vamos a llamar aparece con toda la tranquilidad del mundo. Su cara delata que no ha descansado lo suficiente, insiste en que no salio anoche pero al final confiesa que la fiesta la celebro en casa.


Calentamos un poco y nos cruzamos con Chema Martínez y Vanesa Veiga, última ganadora del MAPOMA. Será la única vez en que podamos correr junto a ellos durante la carrera, una vez que den la salida ellos volaran sobre las calles madrileñas mientras nosotros nos arrastramos. Pero al menos podemos decir que competimos en la misma carrera, haciendo un símil futbolero es como si jugáramos en un partido de liga junto al gran Raúl González. 

La Organización ha marcado cajones de salida en función del número de dorsal y este se otorga según la marca personal. A mí no me cuadra pues tengo un número posterior a mi cuñado y sólo puede ser que me lleve engañando durante el último año o ha mentido con su marca. En cualquier caso nos colocamos en la parte trasera como en otras ocasiones, animo al soriano a que se adelante para salir mejor colocado, pero está sobrado de fuerzas y le da igual, dice que ya adelantara por las aceras a todas los lentos que tenemos por delante.

Salida y a correr, la gacela nos deja rápidamente y yo decido irme con mi cuñado buscando una marca por debajo de los 50 minutos. Abandono a los noveles, para que se acompañen mutuamente y corran tranquilos. Haciendo zigzag entre los corredores vamos avanzando rápidamente y en seguida alcanzamos a la liebre de los 55 min. Ya estamos más cerca de nuestra posición de carrera pero al girar para tomar Paseo de la Habana se produce el primer tapón. Es complicado adelantar sin estorbar al resto de los corredores y decido tomármelo con más calma. Bajo el ritmo, el primer kilómetro lo hemos corrido por debajo de los 5 minutos, pero sigo adelantando a mucha gente que va de “tranqui”.

Ya estoy caliente y para mi alegría no me duele el gemelo que me ha estado dando problemas en los últimos entrenamientos, como veis yo también pongo excusas por si la carrera no se me da bien. Intento correr junto a mi cuñado, pero con tanta gente es prácticamente imposible, aparece y desaparece entre los corredores. Llegamos a Pio XII y la zona de toboganes donde la carrera se aligera un poco, opto por correr a mi ritmo y que me siga si puede.

Llego al primer punto de animación en el recorrido, en la Plaza del Perú he quedado con unos compañeros de trabajo que viven sobre la misma plaza y han prometido bajar para animarnos. Por mucho que busco no los veo por ningún lado, está claro que se han quedado en la cama. El lunes cuando llegue al trabajo se van a enterar, les pienso poner una gran cruz negra para varios meses.


Tenemos que superar un pequeño repecho para tomar otra vez Paseo de la Habana, es una bajada muy favorable, nos permite subir el ritmo y la carrera se estira. He perdido definitivamente a mi cuñado y ya corro solo cuando llegamos a la altura del estadio Bernabeu. Mientras que la gente recorta por la acera en la curva de la Plaza de los Sagrados Corazones, yo prefiero mantener el recorrido completo.

A partir de ese momento comienza la parte más dura del recorrido, pero voy ligero y sin dolor, lo que me anima y cuando tomo la Castellana mantengo el buen ritmo que llevo. Antes de llegar a la Plaza de Castilla ya he alcanzado también al globo de los 50 min, ahora si que estoy en mi posición de carrera. Tomo la rotonda de la plaza y enfilo la parte más típica de la carrera la larga “bajada” por la calle Bravo Murillo. Ancha y con un suave desnivel anima a alargar la zancada y subir el ritmo, eso hago y empiezo a disfrutar de verdad de la carrera. Sin darme cuenta ya estoy en la plaza de Cuatro Caminos.

Mi segundo punto de animación está en la calle Santa Engracia. Mi familia debe estar preparada pues la carrera pasa justo por la puerta de mi casa. Ya desde lejos veo a mi mujer y a mi enana, me salgo del recorrido y cruzo de acera para saludarlas. La canija aplaude a todos los corredores que pasan, pero cuando me ve venir lo hace todavía más fuerte. El mayor no ha bajado porque esta con el pie roto, en realidad porque todavía esta en pijama, y es que la adolescencia es muy dura.
 


Con nuevos ánimos me reincorporo al pelotón de corredores. Paso el cartel del km 9, aprovecho el momento para mirar el reloj que he olvidado durante la mayoría de la carrera. Me sorprende pues marca 40 minutos largos, me anima la posibilidad de volver a bajar de la barrera de los 45 y acelero el paso para conseguirlo. Este último kilómetro lo conozco perfectamente pues lo recorro cuando comienzo y termino todos mis entrenamientos. Me descoloco un poco cuando nos meten por dentro del parque de Santander yo esperaba que lo rodearíamos por la calle, pero tomo el tatami y tiro de todo lo que me queda. Nos vuelven a sacar por la puerta de la esquina opuesta que normalmente esta cerrada en donde se ha formado un pasillo con la gente que anima.

Ultima recta final por la calle para cruzar el arco de meta en 44 minutos exactos. Me hace mucha ilusión haber terminado el último kilómetro en menos de 4 min. Ya puedo descansar mientras espero al resto que van llegando con cuentagotas.

Hemos salido todos juntos pero cada uno ha optado por correr a su ritmo. El soriano una maquina por debajo de los 40, casi con marca para entrar en la San Silvestre internacional. Mi cuñado enfadadísimo, se ha relajado en la segunda parte de la carrera y no ha bajado de su mejor marca. El isleño llega como una moto, el año pasado por estas fechas en su primer 10,000 sufrió mucho para bajar de la hora y hoy ha rebajado esa marca en varios minutos y llega a la meta sobrado, tanto que ya esta pensando en cuando vamos a correr por la montaña. Y su pareja entra un poco después pero claramente por debajo de la hora y en su caso con mucho merito pues tiene unas ampollas impresionantes en la planta de los pies.

Reunidos todos celebramos la estupenda mañana de carrera, esta claro que el recorrido es muy favorable y eso siempre ayuda. Foto de despedida para inmortalizar el momento y cada uno a su casita.


Domingo perfecto, buen recorrido, buenas sensaciones y sobretodo buena compañía. Si además a eso unimos que me he encontrado físicamente bien y mi tiempo final sin superar mi mejor marca personal ha sido bueno, no puedo hacer otra cosa que decir que la carrera ha sido un éxito.

Terminada puedo marcar una x más en mi reto de los Top Ten de los 10.000 madrileños y completar así cuatro de las diez clásicas. Próximo gran objetivo el Maratón de Zaragoza en el mes de septiembre, por delante se me presentan unos meses veraniegos de calor y muchos kilómetros. Creo que deberé amenizarlo con alguna nueva carrera, conociéndome seguro que se me ocurre alguna buena idea para no aburrirme.

3 comentarios:

  1. VAYA EQUIPAZO DE PROFESIONALES!!!Conozco a esas dos buenas personas ;-) que prometieron bajar para animar .... y estoy segura que si fallarones que porque justo ese día Morfeo extendió sus grandes brazos y no los dejó escapar!!jejejejejeje!!eso sí....su apoyo incondicional y confianza en vosotros SIEMPRE ESTARÁ AHÍ!!!

    PD: prometemos no fallar a la siguiente ;-)

    ENHORABUENA CAMPEONES!!!

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    1. Me parece mal que eches la culpa al amoroso dios Morfeo cuando todos sabemos que la tuvo el divertido dios Baco y su amoroso abrazo la noche anterior.
      La próxima ocasión os mandamos un "whatsapp" cuando den la salida para que no tengáis excusa.

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    2. Prometemos no volver a fallar!!!!!!jejejejeje

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