miércoles, 4 de julio de 2012

La media de El Escorial para los amantes de las cuestas

Los organizadores de esta media maratón la anuncian como la más dura de la Comunidad de Madrid y puedo afirmar que su fama es cierta, ya no solo por sus 5 km de fuerte subida al Monte Abantos, que ya sería suficiente para ganarse la reputación, sino porque el recorrido de sus 21.097 m se asemeja a una montaña rusa con continuas subidas y bajadas, que no permite al corredor ni un momento de recuperación.

No es una carrera cómoda en ningún momento y es difícil reservar fuerzas, ya que en las subidas no puedes escatimar esfuerzos y los fuertes descensos crean muchas dudas, yo suelo optar por retener para recuperar pero descubro que hay músculos en mis piernas que normalmente no trabajo mucho y entonces me lanzo en la bajada aprovechando la gravedad y es cuando compruebo que me falta entrenar más mi técnica y mi valor, en cualquiera de los dos casos las bajadas pronunciadas obligan a exprimirse a tope.













Un domingo más me toca madrugar para poder llegar con tiempo a la carrera, y como me ocurre siempre que tengo una carrera dura los astros se alían contra mí y aunque llevaba mas de un mes sin ninguna celebración especial este fin de semana me han coincidido dos cumpleaños el Viernes y el Sábado por la noche y he cometido algunos “excesos” además de dormir poco, por eso cuando ha sonado el despertador he pensado en darme la vuelta y seguir durmiendo pero siempre me puede la ilusión de las carreras.

Al acercarme al Escorial empiezo a reconocer el Monte Abantos, subirlo es el motivo por el que me apunte a esta carrera, parece que me sonríe con ironía como diciendo te estoy esperando y yo acepto el reto.

Nada más entrar en el pueblo de San Lorenzo empiezo a ver a corredores y es que es fácil reconocernos, creo que me he pasado y pregunto a uno de ellos que en seguida me indica que de la vuelta ya que era en la rotonda que acabo de pasar y es que a diferencia de las multitudinarias carreras de la capital, no hay aglomeraciones de hecho casi aparco debajo del arco de salida.

Recoger el chip y dejar la mochila en el guardarropa es rápido, aunque antes de dejar las cosas he tenido la precaución de volverme a echarme crema protectora porque parece que va a apretar el sol y no quiero acabar como un cangrejo. Empiezo a calentar sin prisas pero veo que otros corredores se lo toman todavía con más calma porque hay una terraza al lado de la salida y esta llena de corredores desayunando mientras toman el sol.

Ha llegado el momento y me coloco en la parte de atrás de la salida para evitar molestar, bueno realmente para poder protestar después por que la gente se coloca mal en la salida, pero esta carrera es distinta y ni siquiera hay problemas en la salida, no tengo que correr en zigzag para esquivar a nadie en los primeros metros y ya desde el primer momento puedo coger mi ritmo.

Desde el principio, la carrera deja clara sus intenciones, por supuesto la línea de salida esta situada en subida y en los primeros metros ya aparece una cuesta importante con su correspondiente descenso pero no hay problemas voy sobrado de fuerzas. Después de volver a cruzar frente a la salida tomamos la carretera del Escorial a Guadarrama, es una de las pocas zonas de la carrera llanas que permite llevar un ritmo cómodo y el grupo de corredores nos mantenemos unidos.


Pero pronto llega el kilómetro 3 y comienza la subida a Abantos, las conversaciones relajadas que había en el grupo hasta ese momento desaparecen y todos apretamos los dientes y nos preparamos para gestionar la subida. No hay ni preámbulos ni presentaciones previas, me encuentro con la subida nada mas girar a la izquierda, la carretera se empina y me obliga a bajar el ritmo sino lo hago voluntariamente se que la cuesta lo hará por mi.

Los primeros 2 km de subida transcurre a través de un pinar que protege del calor que ya empieza a apretar y las cuestas iniciales me resultan “cómodas” por lo que consigo un buen ritmo de subida que me permite ir pasando corredores que han optado por un ritmo más relajado.



Y llego al km 5 donde salimos del pinar y puedo visualizar lo que me queda, no puedo decir que sea una visión alentadora, la carretera dibuja varias S seguidas con una inclinación importante, parece la subida a uno de esos puertos míticos del Tour. Pero no estoy dispuesto a que eso me desaliente y sigo manteniendo mi ritmo, algunos corredores han optado por parar y subir andando y no voy a negar que a mi también se me pasa por la cabeza pero uno de mis objetivos en esta carrera es correrla entera.

Según vamos subiendo tenemos una vista impresionante de Madrid, sobretodo se reconocen las cuatro torres de la Castellana y también del Embalse de Valmayor, el segundo más grande de la Comunidad de Madrid y uno de los pocos navegables en el que alguna vez he estado haciendo windsurf, aunque me resulta difícil disfrutar de las vistas mientras subo corriendo el Abantos.

Cada vez que me acerco a una de las curvas de herradura que conforman la subida me surge la misma duda interior o exterior, quiero decir por dentro recorro menos metros pero la pendiente es mayor, si me abro la pendiente disminuye pero tengo que dar más zancadas, según voy subiendo me decanto por el interior en un inútil esfuerzo por terminar antes la subida.

Ya puedo visualizar el final de la cuesta y eso me anima a no bajar el ritmo, giro la cabeza para ver la procesión de corredores que vienen por detrás, ya no existe un grupo formado sino que van subiendo en fila india cada uno a su ritmo, no es una visión habitual en una carrera popular.

Por fin la subida, aunque no termina, se relaja, hasta hay un pequeño descenso antes de atacar la última subida. La carretera que hasta ese momento estaba perfectamente asfaltada ahora se vuelve descarnada y tengo que prestar más atención en donde piso para no tener un traspiés. Recupera la respiración que en los últimos tramos de subida ha sido más un jadeo, intentando tomar todo el aire que pudiera.

La subida a Abantos que termina en el km 10 nos ha puesto a cada corredor en su posición dentro de la carrera, de aquí a la meta prácticamente no adelantare ninguna posición y correré siempre con los mismos compañeros, pues aunque pueda pasar a alguno en las subidas un poco después me volverán a pasar bajando, parece que juguemos al gato y al ratón.


Comienza la bajada y las mismas pendientes que antes nos impedían subir a la cima del Abantos ahora nos empujan para que nos larguemos pronto, en alguna curva cerrada no hay forma de frenar y hay que dejarse llevar como si nos deslizáramos por un tobogán.

Es el momento de los valientes y me pasan algunos corredores que bajan a grandes zancadas casi saltando, con los brazos muy abiertos para equilibrarse, intento imitarles durante unos metros y hasta consigo bajar alguna rampa a una velocidad más que aceptable pero no estoy tan fuerte y el esfuerzo me hace desistir, opto por reservar fuerzas pues no hemos llegado todavía a la mitad del recorrido y se que quedan muchos toboganes.

Por esta ladera del Abantos el descenso transcurre otra vez a través de un pinar que impide ver el pueblo que se supone que esta abajo, pero en alguna curva podemos ver el monasterio desde una perspectiva magnifica, aunque no conviene despistarse de la carretera pues bajamos muy deprisa.

A partir del km 13 la pendiente disminuye y me permite recuperar un poco, aunque las piernas me duelen y creo que se me va a hacer mas larga de lo que esperaba. Con este pensamiento en la cabeza la carrera retoma su dureza con una cuesta escondida tras un giro ciego a mano derecha que nos rompe a todos el ritmo, pero compruebo que mis compañeros tampoco están muy sobrados pues soy de los primeros en recuperar el ritmo, incluso algunos se paran aunque creo que es su táctica porque en cuanto superamos la cuesta y comienza el descenso me vuelven a adelantar.

En este tramo la carrera se vuelve aburrida transcurre por una zona de chales y corremos girando ahora a la derecha ahora a la izquierda, luego cuesta arriba y un poco más adelante cuesta abajo, la idea es que no tengamos ni un momento de descanso. El calor se empieza a notar y se agradece el apoyo de algunos espectadores que desde sus casas con las mangueras nos riegan para refrescarnos.

Al final aparecemos a espaldas del Monasterio del Escorial, ahora corremos por la acera y vamos rodeando todo el monasterio, la verdad es que es una mole impresionante y es que antes las cosas se hacían para durar toda la vida.

Aprovechando el tramo llano cojo algo de ritmo y alargo la zancada, pero todavía me espera la última sorpresa, tomamos la calle del Rey que transcurre por medio del pueblo y el asfalto se cambia por un adoquinado y la carrera vuelve a empinarse. Al menos la gente que esta de paseo por el pueblo nos anima y a mitad de subida esta el avituallamiento, tomo agua de un chavalin de no más de 5 años al que le agradezco la ayuda.

La cuesta gira a la derecha y todavía aumenta más la dureza y en ese momento las fuerzas me fallan, por primera vez bajo la cabeza y subo la cuesta mirando al suelo y a mis pies, no puedo seguir las recomendaciones del manual del buen corredor que dice claramente que las cuestas se suben bien estirado y siempre mirando al fondo, bueno también dice que siempre que se pueda.

El ritmo baja y baja y ya casi estoy en modo supervivencia, pero la cuesta se acaba y puedo recuperar algo de ritmo, a partir de este momento decido que lo importante es llegar sin desfallecer y opto por reservar fuerzas.

Ya hemos pasado el km 18 y poco a poco recupero, hasta consigo entablar conversación con un compañero que va mucho mas fresco que yo. Al pasar comenta que en esta carrera no se disfruta hasta que se pasa la meta, yo solo puedo contestarle que como haya otra cuesta más me revientan y para mi desgracia me confirma mis peores temores, que no hay una sino dos, eso si me intenta animar diciendo que son cortas y con menor pendiente.

El continúa a su ritmo y yo me dispongo a terminar por todo lo alto, como despedida me deja el lema que lleva en la espalda de su camiseta:

En los entrenamientos se ganan las medallas
En las carreras se disfruta

Afronto el último tramo de la carrera con otro animo y hasta lo “disfruto”, ni las cuestas eran tan fieras ni mis fuerzas me habían abandonado por completo solo se habían tomado unas vacaciones pasajeras, para esto sirven los entrenamientos. Llego “sobrado” a la meta feliz de terminar la media más dura de Madrid y con los deberes hechos, he corrido toda la carrera y el tiempo es mucho mejor de lo que planifique, una carrera redonda.


Una vez que me recupero del esfuerzo final disfruto de la pos carrera, en eso hay que darle un 10 a la organización, bebida isotónica y cerveza bien fría, pero sobretodo barra libre de sandía. Ataco una rodaja de sandía y luego otra y otra más, tengo que parar un poco para no atragantarme, tomo aire, recupero, estiro y vuelvo al ataque de la sandía, y es que es una gozada esta buenísima y refrescante.

¡¡Abajo el plátano!! ¡¡ La sandía al poder!!

Recojo la camiseta de la carrera que es muy original, el dibujo es obra de un niño que ha ganado el concurso organizado entre los colegios del Escorial, me parece una idea genial, estoy un poco aburrido de ir haciendo publicidad gratuita a los patrocinadores durante los entrenamientos, esta me la pondré sin problemas.



 
Ya fresco despues de ducharme en las instalaciones del polideportivo, esta es otra de las ventajas de esta carrera frente a las de la capital que acaban en nuestro querido Retiro, me quedo a la entrega de los premios. Estamos en familia y van subiendo al podio las distintas categorías, quizás podamos echar de menos el glamour de los corredores de élite, pero cualquiera que pueda acabar esta media maratón en menos de una hora y veinticinco minutos como han hecho los diez primeros de la clasificación tiene un merito tremendo, además mola que sus nombres sean pronunciables y mucho mas familiares que los de los keniatas y marroquíes que monopolizan los primeros puestos en las carreras más mediáticas y multitudinarias.

Solo puedo animaros a todos que sufráis y disfrutéis de esta carrera, pero cuidadin si una media necesita una buena preparación para esta será necesaria un poquito más, eso si una vez terminada ya no tendréis miedo a las cuestas es mas a lo mejor hasta le pilláis el gustillo, como me ha pasado a mi y volvéis a repetir.




2 comentarios:

  1. Sandía Power!!!! Enhorabuena runner! ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Preparate este verano que en otoño vamos a por el siguiente 10.000. Tu eliges la carrera y yo pongo el ritmo.

      Eliminar